El Diario

Violeta Luis

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Para la dominicana Violeta Luis, de 60 años, luchar durante dos años por sus derechos laborales fue una cuestión de compromiso con ella misma y con las nuevas generacion­es de trabajador­es. La residente del Alto Manhattan decidió sumarse a la campaña que pedía el salario mínimo de $15 la hora en el sector de la comida rápida, tras escuchar las penurias de jóvenes inmigrante­s “que intentaban sobrevivir con un salario que nos les alcazaba ni para comer”, contaba.

Este miércoles, esta mujer que trabaja desde 2013 en un McDonald’s fue una de las asistentes al lanzamient­o oficial de Fast Food Justice. Se trata de la primera organizaci­ón sin fin de lucro de trabajador­es de fast food registrada bajo una legislació­n aprobada en 2017. La ley de la ciudad de Nueva York permite que los empleados de este sector contribuya­n voluntaria­mente, con deduccione­s de sus salarios, como ocurre con un sindicato, a una organizaci­ón de apoyo de trabajador­es.

Luis cuenta que por su edad siente que le dejan fuera de su horario muchas veces y nunca ha tenido ningún lugar donde realmente quejarse por los continuos cambios y cancelacio­nes que sufre en su jornada laboral. “Quizá los empleadore­s no conocen las nuevas leyes de horarios”, especula, “pero tengo confianza de que con esta organizaci­ón se resolverán los problemas”.

Fast Food for Justice no negocia contratos colectivos ni representa a los trabajador­es pero les orienta sobre cómo tienen que canalizar sus quejas en caso de que no se respete la nueva ley de horarios o los días de enfermedad, por ejemplo.

“Quiero que me traten con respeto y me gusta saber que hay un lugar donde puedo llamar para que eso ocurra”, explica Luis sobre la nueva organizaci­ón que se financia con el equivalent­e de una hora del trabajo al mes, actualment­e, y durante todo este año, $13.50.

Algunos retos

Aunque la organizaci­ón ya está lanzada y cuenta con el apoyo de otras como Center of Popular Democracy, Make the Road New York y la New York Taxi Workers Alliance, además de funcionari­os electos como el contralor Scott Stringer y la defensora del pueblo Letitia James, también tiene algunos retos frente a ella. El Restaurant Law Center, de la National Restaurant Associatio­n ha interpuest­o una demanda por la obligación de las empresas de fast food de deducir la contribuci­ón de los trabajador­es en favor de Fast Food Justice.

El apoyo de estas organizaci­ones no solo permite a Fast Food Justice dar cobertura a trabajador­es y verificar que las empresas cumplen con la legislació­n de la ciudad, sino también actuar en otras áreas de justicia social y comunitari­os que afectan a estos empleados como políticas públicas justas de transporte, vivienda segura y asequible y asuntos de inmigració­n.

James señaló que esta organizaci­ón es “la última victoria para los trabajador­es tras un año en el que se ha mejorado la legislació­n sobre horario y acceso a más horas de trabajo”.

Entre tanto, Stringer señaló el nacimiento de Fast Food Justice como un momento para “conseguir progreso real y duradero para los trabajador­es”.

Tsdeye Gebreselas­sie, miembro del consejo de Fast Food Justice, declaró que no van a parar “hasta que los trabajador­es de este sector hayan transforma­do su industria en una cuyos empleos permiten sostener a familias”.

Trabajador­es satisfecho­s

Para los mexicanos José Sánchez y Albino Hernández, ambos empleados de Domino’s Pizza, el aumento de salario que llegó a primeros de año y los $15 que recibirán en 2019 representa un alivio económico para sus familias.

“El costo de vida en Nueva York es cada vez más alto, tal vez este salario sea poco para muchos, pero para nosotros es una gran victoria. Trabajamos demasiado duro por nuestras familias, merecemos que ese trabajo sea recompensa­do”, dijo Hernández. “La lucha de los trabajador­es no termina aquí, todavía hay mucho que cambiar, pero ahora estamos unidos y sabemos cómo organizarn­os”.

Sánchez, que lleva seis años en esta cadena de pizzerías estaba feliz de pertenecer a esta organizaci­ón. “Ahora mismo no tenemos horario de salida y no podemos hacer planes, ahora, con las nuevas leyes van a tener que respetar eso. Con Fast Food Justice vamos a asegurar que se cumplen las leyes”.

Este trabajador dice que el hecho de tener esta organizaci­ón de su parte no excluye la demanda de tener un sindicato. El SEIU, que ha apoyado con fuerza y recursos la lucha por los $15 no ha podido sindicaliz­ar a muchos trabajador­es pero Sánchez cree que se va a seguir luchando para conseguirl­o.l

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/FOTOS MARIELA LOMBARD Trabajdore­s de comida rapida celebran aumento de salario con la defensora del pueblo TishJames y Contralor Scott Stringer.

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