Caseros enfrentan cargos por división ilegal de casa en Queens
Las autoridades de la Gran Manzana constantemente lanzan alertas sobre los peligros que conlleva el dividir casas de una sola familia en varios apartamentos, pero esto no detiene la práctica ilegales, principalmente en vecindarios habitados por inmigrantes.
El fiscalía de Queens Richard A. Brown presentó el martes múltiples cargos criminales contra el casero Segundo Chimbay, de 53 años, por dividir su vivienda de una sola familia para rentarla a por lo menos 15 personas.
Las autoridades alertan que la insaciable demanda por viviendas baratas sigue llevando a muchos caseros a sacar provechos y dividir sus casas, ofreciendo apartamentos que no cumplen con ninguna norma de seguridad y pueden convertirse en una trampa de muerte para los inquilinos en caso de un incendio.
La investigación sobre Chimbay comenzó cuando se notó que en la casa de una sola familia ubicada en el 4033 de la calle Forley, en el vecindario de Elmhurst, había tres antenas de televisión satelital.
“No hay divisiones ilegales”, dijo uno de los inquilinos que no quiso identificarse a CBS2, cuando se le preguntó por las antenas. El hombre no permitió que el equipo de televisión ingresara a la vivienda.
La acusación de la Fiscalía de Queens también incluye a la esposa del casero, María Chimbay, de 52 años, y especifica que la pareja dividió ilegalmente su casa en cinco pequeños apartamentos, incluyendo uno en el ático y otro en el sótano.
Detalles de la acusación indican que en el lugar llegaron a vivir hasta 15 personas que compartían la misma cocina, y pagaban rentas que iban los $750 a los $1,400 al mes.
A pesar de que en la vivienda se había colocado un cartel con una orden de desalojo, los inquilino la habían ignorado por orden del mismo casero, según la Fiscalía.
Chimbay y su esposa enfrentan hasta siete años en prisión si son encontrados culpables de los cargos de planificar un fraude y de poner en riesgo la vida de otros.
Brown indicó que la acusación
fue el resultado de una investigación de varias agencias de la Ciudad, como parte de la iniciativa para acabar con esta práctica ilegal y peligrosa muy común en el condado de Queens.
“La pareja es acusada de darle más importancia a la riqueza que podían obtener que a la seguridad de sus inquilinos”, dijo Brown, agregando que las divisiones ilegales “ponen en riesgo la vida no solo de los residentes de esos edificios sino además de los bomberos y otros oficiales, que a la hora de responder a una emergencia, se enfrentan un laberinto de cuartos sin salida”.l