Adrián Solano, de Venezuela, no pudo llegar a los Juegos Olímpicos, pero se sigue entrenando… sobre el asfalto
El venezolano Adrián Solano saltó a la pista de la competencia de 10 kilómetros. Era la primera vez en su vida que veía la nieve. Se cayó 35 veces y terminó último: 156° entre 156 participantes.
Fue en el Mundial de Esquí queserealizóenfebrerodelaño pasado en Lahtiel, Finlandia.
Al terminar su participación prometió: “Practicaré y conseguiré fondos para llegar a los Juegos Olímpicos PyeongChang 2018”.
Pero Solano no está entre los participantes. Hoy trabaja como cocinero de un restaurante de la Ciudad de México y dice ser esquiador.
Solano cuenta cómo cambió su vida a partir de esa aventura: “Muchísimo, fueron nuevas oportunidades, un proceso de evolución personal. Ahora vivo en México desde hace 11 meses y estoy trabajando mucho para poderme ir a Europa a trabajar y entrenar. Aunque tengo como prioridad ayudar a mi familia en Venezuela que se ve afectada por la situación en mí país”, compartió.
Hoy se entrena sobre asfalto en esquíes con ruedas y patina pistas artificiales de hielo para adaptarse al frío.
En diciembre pasado el joven de 23 años volvió a la nieve por segunda vez: un patrocinador le pagó una semana de práctica de esquí real en pistas de Alemania.
Desistió de intentar ir a los Juegos Olímpicos de invierno porque cree que aún le hace falta “mucha preparación”. Pero dice que estará preparado para su próximo objetivo: “Competir nuevamente en el Mundial de Lahtiel”.
Deberá esperar a que la ciudad de Finlandia vuelva a ser designada como sede, ya que, como es habitual en todas las disciplinas deportivas, el Mundial va cambiando de locación y en el 2019 se realizará en la ciudad austríaca de Seefeld.
The New York Times le había dedicado el título: “El peor esquiador del mundo”. Solano no sólo no se avergüenza de aquel titular, sino que lo pone en sus redes sociales como un logro: ese titular se puede leer en el encabezado de su cuenta en Instagram.
Antes de hacer el ridículo en la pista, Solano ya había sido noticia en el mundo entero: camino al torneo, fue frenado en una escala en París. Sólo tenía 28 euros.
No creyeron su historia y, luego de ocho días detenido, lo deportaron. Antes había ahorrado 1,125 euros para pagar el pasaje. Su historia entonces salió en los principales medios internacionales.
Tras ser deportado de Francia, recibió una llamada que lo volvería a poner en el Mundial.
Un famoso presentador finlandés, Aleksi Valavuori, recolectó 4,000 euros para que el venezolano viajara de vuelta a Europa y participara de la máxima competencia de esquí.
El sueño de millones de atletas alrededor del mundo se le iba a cumplir a una persona que nunca había practicado el deporte en el que se iba a presentar.
De vuelta en su país natal, recibió muchas críticas y hasta amenazas de muerte, aunque también algunos elogios.
Empujado por la situación de Venezuela, al igual que millones de compatriotas, tuvo que irse a vivir al extranjero.
Desde México critica al gobierno de Maduro desde sus redes sociales. Curiosamente, sus comentarios políticos lo enfrentan en las redes con su mentor: César Baena, un ferviente chavista que fue el primer venezolano en participar de una Copa del Mundo
mundialista.. y que le consiguió a Solano el cupo