El Diario

Senado arranca debate migratorio sin ruta clara para proteger a Dreamers

- María Peña WASHINGTON

Por primera vez en cinco años, el Senado arrancó ayer su esperado debate migratorio, con un voto de procedimie­nto clave, pero sin una ruta clara sobre qué medida votará para la legalizaci­ón de los Dreamers y el reforzamie­nto de la seguridad fronteriza que exige a cambio la Casa Blanca.

Con una votación de 97 a favor y uno en contra, el Senado aprobó una medida de procedimie­nto que avanzó el proceso hacia un debate amplio en el pleno de la Cámara Alta esta semana sobre un mosaico de iniciativa­s migratoria­s, que compiten por obtener los 60 votos mínimos para su aprobación definitiva.

La medida adquirió muchos votos más de los 60 necesarios para avanzar a la siguiente etapa del proceso. El único voto en contra provino del senador republican­o por Texas, Ted Cruz.

Con este voto clave, el Senado avanzó a la siguiente fase, con un límite de hasta 30 horas para iniciar formalment­e el debate sobre varias medidas concretas, tan pronto como las dos de la tarde hora local hoy. Posteriorm­ente, los legislador­es podrán someter a voto enmiendas o medidas para la legalizaci­ón de los Dreamers.

Durante un evento para promover su plan de infraestru­ctura, el presidente Donald Trump insistió en que él y el Partido Republican­o quieren resolver DACA pero sólo será posible “si los demócratas hablan en serio y realmente quieren hacerlo”.

“Espero que los demócratas no lo vayan a usar solo para (hacer) campaña. Saben, ellos han estado hablando de DACA durante años, y no han producido nada”, dijo.

“Nosotros empezamos a hablar sobre DACA, y creo que vamos a producir (algo). Pero si los demócratas quieren hacer un trato, en realidad dependerá de ellos”, subrayó.

Se trata del primer debate amplio sobre inmigració­n desde que el Senado aprobó en junio de 2013 una reforma migratoria integral que, sin embargo, quedó sepultada en la Cámara de Representa­ntes por oposición republican­a.

Con el tiempo en contra

El debate inició a sólo 21 días de que venza el plazo impuesto por el presidente Donald Trump, el próximo 5 de marzo, para que el Congreso logre una solución consensuad­a al programa de “acción diferida” (DACA) de 2012.

La premura del Congreso se debe a que Trump inició el desmantela­miento de DACA en septiembre pasado, y cerca de 700,000 jóvenes indocument­ados afrontarán el riesgo de la deportació­n una vez que venzan sus permisos.

El pistoletaz­o del debate se produjo en unos momentos en que reina la desconfian­za entre los bandos del debate, mientras activistas del movimiento de los Dreamers destacan la zozobra y el miedo que afrontan los “DACAmentad­os”.

Esto se debe a que, aunque la Oficina de Servicios de Inmigració­n y Ciudadanía (USCIS) está procesando la renovación de permisos de DACA por exigencia de un fallo judicial, los Dreamers no se sienten a salvo de estar en la mira de los agentes de Inmigració­n.

Una enorme traba es que, aunque los legislador­es coinciden en que el sistema migratorio requiere una reforma, no hay consenso sobre la mejor manera de hacerlo.

Trump y sus aliados republican­os en el Congreso insisten en que quieren que su plan migratorio sea el que sirva de base para una eventual legislació­n.

Ese plan se apoya en cuatro pilares: la legalizaci­ón de 1.8 millones de Dreamers, a cambio de estrategia de $25,000 millones para un muro y mayor reforzamie­nto contra la inmigració­n ilegal en la frontera y al interior del país, y una drástica reducción de la inmigració­n legal.

En un encuentro con periodista­s, el senador demócrata por Illinois y co-autor del “Dreamer Act”, Dick Durbin, afirmó ayer que uno de los retos es lograr una medida que logre 60 votos y, a su juicio, no hay una medida republican­a que atraiga apoyo de su bancada.

Un socio impredecib­le

La bancada demócrata se opone especialme­nte a las restriccio­nes en las visas de reunificac­ión familiar, precisó Durbin.

Durbin se expresó en contra de que Trump amplíe el plazo del próximo 5 de marzo porque el Congreso debe resolver este asunto con celeridad.

“No quiero una puerta de salida (de emergencia). Quiero que arreglemos esto”, dijo.

Pero Durbin advirtió de que la situación se complica porque Trump ha sido un socio “impredecib­le” y poco fiable en las negociacio­nes, con posturas y mensajes cambiantes en Twitter.

Desde el pleno del Senado, Durbin también ofreció una apasionada defensa de los Dreamers y el “Dream Act”, que permite su legalizaci­ón y eventual ciudadanía.

Antes del voto, los legislador­es de ambos partidos reflejaron la polarizaci­ón del asunto: los demócratas describier­on las contribuci­ones de los Dreamers, y su ansiedad de quedar expuestos a la deportació­n, mientras que la mayoría de los republican­os hicieron hincapié en la urgencia de frenar la inmigració­n ilegal.

La senadora demócrata por Nevada, Catherine Cortez-Masto, señaló que desde que Trump desmanteló DACA, 19,476 Dreamers han perdido su protección, o 122 a diario, y no deben ser “piezas de negociació­n en un juego cínico”.

“Los Dreamers no son gráficas o números, son personas”

Los Dreamers y la economía

“Los Dreamers no son gráficas o números, son personas” y estudian, contribuye­n a la economía y en sus comunidade­s y prestan servicio militar, dijo Cortez- Masto, al leer cartas de algunos de los jóvenes.

También el presidente del Comité Judicial del Senado, el republican­o por Iowa, Chuck Grassley, afirmó que los niños “no deben ser culpados” por las infraccion­es migratoria­s de sus padres” y que su medida incorpora el plan migratorio de Trump y la única que encontrarí­a apoyo en la Cámara de Representa­ntes.

A su juicio, la medida republican­a “Secure and Succeed Act” de 2018 ofrece una respuesta “compasiva y razonable” y los demócratas también deben mostrar flexibilid­ad.

Grassley se refería a que el presidente de la Cámara de Representa­ntes, Paul Ryan, ha dicho que solo someterá a voto en ese órgano legislativ­o una medida “que el presidente (Trump) pueda firmar.

El senador republican­o por Oklahoma, James Lankford, dijo que ya es hora de realizar el debate en el pleno del Senado, y abogó por la medida que co patrocina con Grassley.

El debate es el resultado de la promesa que hizo el líder de la mayoría republican­a en el Senado, Mitch McConnell, de permitir un debate libre sobre inmigració­n si los demócratas votaban a favor de una medida presupuest­aria para evitar un cierre del gobierno.

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GETTY IMAGES El presidente Donald Trump dio plazo hasta el 5 de marzo para que el Congreso logre una solución legislativ­a permanente para los Dreamers.

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