UN PLAN FRÁGIL Y NADA VIABLE
La promesa del presidente Donald Trump de mejorar la infraestructura entrará en la lista de las incumplidas. El plan presentado por la administración muestra una falta de compromiso federal que esté acorde a la gran necesidad nacional.
Hay un serio deterioro en las carreteras, los puentes, sistemas ferroviarios, diques, por mencionar solo algunas áreas de un sector que tiene impacto en la calidad de vida y en la seguridad de todos. El reporte de 2017 de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles señala que se necesitan 2 billones de dólares para ponerlo al día y 3.9 billones para el 2025.
Ante esta necesidad la Casa Blanca presenta un magra inversión federal de 200,000 millones durante 10 años con la esperanza de que multipliquen en 1.5 billones de dólares y la promesa de relajar los permisos de construcción a través de acciones ejecutivos.
Este último ya es motivo de preocupación. Los antecedentes de la administración Trump en eliminar regulaciones
Infraestructura
ambientales que protegen la salud es suficiente como para inquietar a cualquiera cuando asegura que lo seguirá haciendo.
El gran problema de la propuesta es encarar un desafío monumental sin querer tomar responsabilidades. La iniciativa espera que los estados y las localidades obtengan el grueso de la inversión necesaria en un proyecto, antes de competir por fondos federales.
Se espera también que el sector privado participe en la inversión. Esa será una manera de privatizar lo que hoy es infraestructura pública. En este sistema, el peaje para usar una carretera o cruzar un puente lo puede establecer y cobrar una empresa.
Hay proyectos en ciudades pequeñas y rurales que no serán rentables como para atraer la inversión privada. En esos casos, los contribuyentes locales que ya pagan impuestos federales para infraestructura, tendrán que pagar más o no habrá mejoras.
El plan ignora la inversión y la guía federal en los proyectos ferroviarios.
La infraestructura del sistema, creada entre la Guerra Civil y la década de los cuarentas, necesita más que un emparche. Es indignante al mismo tiempo que el plan rompa el compromiso financiero federal para el Proyecto Gateway de un túnel para un tren de pasajeros entre Nueva York y Nueva Jersey.
Como si fuera poco, la Casa Blanca ni siquiera indica con claridad de dónde saldrán los fondos que ofrece para el proyecto. Se supone que provendrá de los recortes a los programas de la red social, como Medicare, que propuso Trump en su plan de presupuesto dado a conocer ayer.
La crisis de agua potable en Flynn, Michigan, la evacuación de casi 200,000 personas por los problemas en la represa Oroville, California, son ejemplos de la amenaza que significa una infraestructura frágil. Es lamentable que no se vea un esfuerzo serio de reparación en el plan de Trump.•