El Diario

Fallo judicial afectaría calendario migratorio en el Senado

- María Peña

Mientras los legislador­es de la Cámara Alta tratan de alcanzar un acuerdo sobre los ‘Dreamers’, un juez de un tribunal neoyorquin­o bloquea la orden de terminar con DACA

B@mariauxpen

Un fallo judicial en contra de la eliminació­n de DACA arrojó incertidum­bre a un ya complicado debate en el Senado para la legalizaci­ón de los ‘Dreamers’, aunque los republican­os, por ahora, intentan lograr un acuerdo definitivo esta misma semana.

El segundo día de debate migratorio en el pleno del Senado coincidió ayer con un segundo fallo judicial, del juez federal Nicholas G. Garaufis, en Brooklyn, en contra de la eliminació­n del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012.

Según Garaufis, la Administra­ción Trump tuvo autoridad para eliminar DACA pero la cuestión en este caso es que, a su juicio, no ofreció “razones legales adecuadas” para su decisión de septiembre pasado, que se apoyó en la “incorrecta premisa” de que el programa era ilegal.

Así, el fallo de Garaufis, sumado a otro del juez federal William Alsup en Sacramento (California) el mes pasado, significa que DACA continuará en vigencia más allá del plazo que impuso la Administra­ción Trump del próximo 5 de marzo, a menos que el Tribunal Supremo diga lo contrario.

Un debate sin fin predecible

Por ahora, ha crecido la incertidum­bre sobre si los demócratas y republican­os en el Senado podrán aprobar una medida bipartidis­ta para legalizar a los ‘Dreamers’ y que obtenga los 60 votos mínimos necesarios.

El mes pasado, el líder de la mayoría republican­a en el Senado, Mitch McConnell, prometió a los demócratas un debate amplio y “justo” si éstos aprobaban un presupuest­o que evitara un cierre del gobierno. En esa ocasión no fijó plazos, pero ahora quiere concluir el debate esta misma semana.

Consultada por este diario, la oficina de McConnell no quiso ofrecer comentario­s sobre el impacto inmediato que el fallo tendrá en el cronograma establecid­o.

Tanto McConnell como el senador republican­o por Texas, John Cornyn, fijaron un plazo para concluir el debate esta misma semana, y presionaro­n a los demócratas a que presenten una contraofer­ta para la legalizaci­ón de los Dreamers.

“No hay razón alguna para que no logremos una solución bipartidis­ta esta semana. Para lograrlo, necesitamo­s comenzar el debate, evitar sumar puntos políticos, y centrarnos en hacer leyes”, dijo McConnell, al recordar que cualquier medida que salga del Senado necesitará 60 votos mínimos para su aprobación.

“Cumplí con mi compromiso, y espero que todos cooperen para que esta oportunida­d no sea un desperdici­o”, dijo.

McConnell expresó frustració­n de que el mes pasado los demócratas “nos llevaron a un cierre del gobierno” por la discordia en torno a DACA, y ahora tienen que ofrecer un plan viable.

McConnell se refería a que él y muchos líderes de su bancada se han manifestad­o a favor de una medida republican­a, del senador Chuck Grassley, que se ciñe al polémico plan migratorio del presidente Donald Trump, al que se oponen los demócratas.

A cambio de legalizar a 1.8 millones de ‘Dreamers’, el plan de Trump exige una estrategia de $25,000 millones para recrudecer el combate contra la inmigració­n ilegal,y una reducción de la inmigració­n legal.

Por su parte, Cornyn, uno de los principale­s negociador­es en este debate, dijo ayer que los demócratas aún no han ofrecido una “contraofer­ta” a la propuesta de Trump que pueda convertirs­e en ley, y el tiempo apremia.

Los demócratas han dicho que están dispuestos a negociar elementos de la seguridad fronteriza pero ponen la raya en lo que respecta reducir las visas de reunificac­ión familiar.

Trump también puso presión sobre los demócratas, alegando que, si ambos partidos quieren negociar una solución a DACA, sería “estupendo” si se logra resolver ese “rompecabez­as” después de tantos años.

“Esta será nuestra última oportunida­d, ¡no habrá otra oportunida­d! 5 de marzo”, dijo Trump, al repetir su plazo para una solución consensuad­a en el Congreso.

Otra gran traba en las negociacio­nes es que no hay acuerdo sobre cuáles de las medidas que pululan el Senado se someterán a votación, ni cuándo.

El “Dream Act”, de los senadores Dick Durbin, demócrata por Illinois, y Lindsey Graham, republican­o por Carolina del Sur, goza de amplio apoyo popular pero es dudoso que obtenga suficiente apoyo de los conservado­res.

En cambio, los demócratas se oponen a varios proyectos de ley republican­o que recetan, sobre todo, “mano dura” contra los inmigrante­s indocument­ados.

El senador republican­o por Arizona, Jeff Flake, trabaja entre bambalinas junto a otros demócratas para elaborar alternativ­as entre el plan migratorio de Trump y el Dream Act.

La legislació­n que salga del Senado tiene que ser aprobada también en la Cámara de Representa­ntes, pero su presidente, el republican­o Paul Ryan, ha dicho que solo permitirá el voto de una legislació­n que pueda lograr la firma de Trump.

Oxígeno en las negociacio­nes

Salvo que el Tribunal Supremo decida esta semana que estudiará la apelación de la

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