El Diario

Acuerdo prematrimo­nial

- Ana B. Nieto

El día de San Valentín se va a mover mucho dinero para celebrarlo. Se compran flores, dulces, detalles, ositos, regalos, se cena fuera. De hecho la Federación Nacional de Comerciant­es Minoristas calcula que el consumo de esta fecha se eleve hasta $19,600 millones en todo el país. No obstante, es posible que en esas citas románticas muy pocas personas hablen de dinero.

Y es una conversaci­ón tan romántica como necesaria para las parejas que quieran iniciar una vida juntos, en matrimonio o fuera de él, porque la mayoría de las desavenenc­ias empiezan o terminan con cuestiones económicas que es bueno dejar claras cuanto antes. Y desde ese punto de vista, asegurar una relación, es romántico.

“No se si la conversaci­ón en sí misma es romántica pero siempre es importante”, explica Matt Schulz, analista senior de CreditCard­s.com. “Si se está en una relación seria se tiene que hablar de ello, como mínimo cuando uno se compromete o se prepara para vivir en pareja con alguien porque es muy relevante”.

Cuando se habla de dinero no solo hay que hablar de cuentas separadas o conjuntas. En este sentido “cada pareja puede elegir el modelo que mejor solución sea para cada uno y para ambos, no hay una opción mejor que la otra”, explica Schulz. Lo que es importante es saber lo que se tiene, lo que se debe, cómo se gasta, cómo se ahorra y cuáles son las prioridade­s en este sentido de cada uno. ¿Hay una parte de la pareja que es gastadora y otra ahorradora? ¿Cómo hacer que funcione?¿Quién paga qué y qué presupuest­o doméstico se tiene?

“Una buena forma de abrir la conversaci­ón es hablar de objetivos en la vida, se puede entrar a hablar de ello sin hacer juicios de valor”, sugiere Schulz.

Viajar, comprar una casa, jubilarse en otro estado o país, pensar en la educación de descendien­tes, saber cómo ayudar a la familia más extensa en caso de necesidad, presupuest­ar una inversión, montar una empresa... Todas estas y muchas más son conversaci­ones y decisiones que antes o después llegan durante la convivenci­a y lo mejor es ir tratando de entender la hoja de ruta que se tiene con quien se elije como compañía El llamado “prenup” es un acuerdo que establece algunas de las condicione­s económicas del matrimonio y hay que acordar su contenido y alcance. Estos acuerdos no incluyen la custodia de hijos y obligacion­es con ellos pero si cómo los activos de la pareja se van a distribuir en caso de ruptura de esta. Se previenen las largas y caras disputas cuando hay un divorcio, algo que ocurre con frecuencia. de vida. Este analista de CreditCard­s.com explica que no es infrecuent­e que se unan “ahorradore­s” y “gastadores” por eso es bueno entender los hábitos con el dinero y los puntos de vista que tiene cada uno porque “las finanzas se construyen alrededor de las personalid­ades y por ello es importante para funcionar”. Esta no es una conversaci­ón fácil, y a veces es frustrante, pero como dice este analista más duras son las conversaci­ones cuando hay que reaccionar a algo, una mala decisión o un resultado no deseado.

Una de las cuestiones más críticas, es la de la gestión de la deuda, especialme­nte cuando uno de los dos llega con un balance grande a la pareja. “Es un trabajo de equipo”, explica Schulz “y como mínimo hay que saber cuál es la situación”. Lo que se suele recomendar es que no se consolide la deuda de uno en las cuentas de la pareja para que en cualquier caso, uno de los dos tenga una buena historia crediticia.l

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