LOS POBRES QUEDAN FUERA
El presupuesto presentado por la administración Trump es un ataque a la población menos pudiente y más vulnerable, al recortar drásticamente la red de protección social.
La propuesta deja de lado la promesa electoral de Donald Trump de respetar la integridad de programas sociales, como Medicare. Esta era parte de su discurso populista, contrario a la tradicional línea Republicana, que le ganó el respaldo de la clase trabajadora blanca.
Este sector junto a los afroamericanos, latinos e individuos de ingresos bajos son los más perjudicados de un plan de gastos que eleva en 10% el gasto militar, crea un déficit de 1 billón de dólares y eleva considerablemente la deuda nacional.
Ya no queda siquiera la intención de querer mostrar un ápice de responsabilidad fiscal, después del recorte de impuesto a corporaciones y millonarios, y ahora con los subsidios a la industria militar. De lo que sobra, es el contenido ideológico que reduce el estado de bienestar,
Presupuesto
destruyendo programas que ayudan a los más humildes.
En algunos casos como el Programa Suplementario de Asistencia Nutritiva (SNAP), que distribuye cupones de comida, se lo quiere reducir en 22%. Para ello surge una propuesta estrafalaria de ahorrar dinero a través de la distribución de una caja de comida, equivalente a la mitad de los $125 que recibe al mes el beneficiario promedio.
La teoría conservadora de dejar elegir a la gente, de fomentar el mercado libre desaparece en este caso. No se explica como será la distribución de las cajas, ni cómo se adaptará el contenido según la especificaciones médicas del beneficiario.
Las propuestas en general sobresalen por una crueldad sorprendente. Por ejemplo, eliminar la expansión del programa Medicaid que quitará el seguro médico a millones de personas.
La reducción de 14% en el presupuesto de vivienda que dejará en la calle a mucha gente por falta de subsidio individual y para construcción. La posibilidad de salir de la pobreza con la capacitación laboral se verá reducida drásticamente al eliminar 75% el programa de entrenamiento para quienes pierden su empleo por el cierre de fábricas.
Se recorta a la mitad la Iniciativa para Entrenamiento y Capacitación de Adultos. Muchas de las propuestas no pasarán el Congreso como ocurrió en el pasado. Esto no lo hace menos significativo.
La importancia de este presupuesto es el establecimiento de las prioridades para la Casa Blanca. Es un documento que desenmascara la hipocresía de un discurso populista que solo sirve para alentar el rencor nacionalista.
Cuando se habla de la protección de los trabajadores estadounidenses es para atacar el comercio con México y a los inmigrantes. Cuando es hora de ayudarlos concretamente con capacitación laboral, les corta las oportunidades.
Este presupuesto es una visión de un país que, en vez de invertir, recorta el futuro de la infraestructura humana.•