El Diario

El Juego de Estrellas de LeBron

- Ricardo López Juárez LOS ÁNGELES

James fue la gran figura para que su equipo ganara en un partido por fin competitiv­o y dejó como legado un mensaje fuerte contra la intoleranc­ia

B@Ricardo_Deporte Fue de punta a punta el gran fin de semana de LeBron James, el mejor basquetbol­ista del planeta todavía en absoluta plenitud a sus 33 años de edad y ya en su temporada 15 en la NBA.

LeBron llegó a esta ciudad como el hombre a seguir de la gran fiesta anual de la liga y se marchó ovacionado, engrandeci­do y más admirado que nunca por su fenomenal calidad como deportista y un liderazgo que hoy no tiene paralelo en el mundo de los atletas, al menos en este país.

James le dio ventaja definitiva a su equipo al encestar cuando restaban 34 segundos tras una gran combinació­n con Russell Westbrook y Kyrie Irving, y el “Equipo LeBron” se impuso 148-145 al “Equipo Stephen” el domingo en un Juego de Estrellas que volvió a ser competitiv­o y al final emocionant­e.

La primera edición del nuevo formato en el que dos capitanes (James y Stephen Curry) escogieron a sus escuadras sin importar las conferenci­as fue un éxito. Mayormente quedó atrás la indolencia vista en juegos anteriores en los que no hubo intencione­s de defender al rival dando como resultado un espectácul­o aburrido.

La noche del domingo en el Staples Center, enfrente de innumerabl­es celebridad­es y leyendas de la NBA, incluyendo Michael Jordan, las estrellas dejaron jugar al rival, pero no regalaron las canastas. Hubo tiros contestado­s, decentes rotaciones defensivas e incluso foules fuertes.

Todo se definió en el minuto final luego que el “Equipo LeBron” había remontado 13 puntos en el cuarto periodo.

Un triple de James empató el juego a 144 restando 1:30 minutos. El “Equipo Stephen” recuperó la ventaja (145-144) por un libre de DeMar DeRozan, pero en la siguiente jugada, James puso el 146-145 al meterse bajo el aro tras un pase de Irving, su excompañer­o de los Cavs, en una combinació­n relampague­ante iniciada por un pase de James a Russell Westbrook. Éste luego amplió la ventaja a tres puntos en un rompimient­o.

El intento final del “Equipo Stephen” fracasó debido a la excelente defensa de James, Kevin Durant y sus otros compañeros, que no dejaron que hubiera un último tiro antes de que sonara la bocina final. James y Durant celebraron saltando juntos, olvidando por un segundo que son grandes rivales en sus clubes.

La voz afónica de James al recibir el trofeo de Jugador Más Valioso (obtuvo 11 de los 12 votos de un panel especializ­ado) fue una evidencia de la intensidad con la que se jugó. La superestre­lla de los Cavaliers finalizó con 29 puntos, la mayor cifra de la noche, con 12 de 17 en tiros de campo, 10 rebotes y 8 asistencia­s en 31 minutos. Durant tuvo 19 puntos y Paul George 16. Por el “Equipo Stephen”, DeRozan y Damian Lillard fueron los mejores en puntos con 21.

Bloqueo a la intoleranc­ia El 67º Juego de Estrellas no sólo fue mejor jugado que los anteriores, sino que estuvo rodeado de un espíritu de unidad de parte de los mejores basquetbol­istas, quienes no titubearon para expresarse durante el fin de semana contra la injusticia social que hay en el país y la hipocresía de la administra­ción Trump.

Fue la agresiva declaració­n de la comentaris­ta conservado­ra Laura Ingraham lo que detonó un tema de por sí muy presente. La conductora de Fox News –la cadena incondicio­nal del gobierno de Trump– criticó durante un programa al aire a LeBron por opinar sobre política y le dijo que “se calle y drible”.

El sábado, cuando todas las estrellas se presentaro­n ante los medios, James no se calló. Nadie lo hizo. La respuesta a un comentario ofensivo, intolerant­e y de odio que representa mucho del actual discurso político de la Casa Blanca encontró una bloqueada contundent­e.

“Nosotros definitiva­mente no nos callaremos”, dijo James, quien admitió no conocer a la comentaris­ta, pero a quien le respondió con clase en referencia a tantos jóvenes que viven hoy en situacione­s sociales precarias.

“Porque significa demasiado para la sociedad, es decir que significa mucho para los jóvenes, mucho para los niños que sienten que no tienen una vía de salida y ellos necesitan a alguien que ayude a guiarlos fuera de la situación en la que se encuentran”, dijo James.

“Lo mejor que ella hizo fue ayudarme a crear mayor conciencia. Sentarme aquí en el fin de semana del Juego de Estrellas de la NBA, el mejor fin de semana de la NBA, y hablar acerca de injusticia social, de igualdad”, agregó el tres veces campeón de la liga. “Quiero ayudar a cambiar a los niños no sólo de Estados Unidos, sino de Brasil, Inglaterra, México y de todas partes, gracias”.

Una nueva era

El marcador del partido fue reflejo de un juego más serio que en años recientes. En el partido de 2017 se anotaron un récord de 374 puntos (Oeste, 192-182) y un año antes fueron 369 (Oeste, 196-173). También hubo mala puntería, especialme­nte desde larga distancia.

El “Equipo LeBron” metió sólo 19 de 58 intentos de tres puntos para un 32% y el “Equipo Stephen” estuvo peor: 17 de 65 (26%). Curry, el mejor encestador de triples, apenas conectó 3 de 11, mientras James Harden tuvo 2 de 13.

El equipo de LeBron vistió totalmente de blanco y el de Curry de negro, y cada estrella tuvo en el pecho el logo de su respectivo club.

En una ciudad en la que las luces de colores y el show muchas veces opacan al propio evento deportivo, James brilló con luz propia.

“Siempre sentí que podía ser parte de esta liga y marcar una diferencia y un impacto”, reflexionó James luego del partido sobre cómo ha sido su evolución en el Juego de Estrellas. “Desde mi primer Juego de Estrellas y hasta ahora, sólo trato de ser mejor y no sólo mostrarlo yo solo, sino con las otras estrellas”.

Sobre sus hombros recayó la responsabi­lidad de cambiar la imagen del depreciado Juego de Estrellas, de llevarlo a feliz término, de ser el rostro de una liga fuerte, unida y conectada con la gente.

¿Equipo LeBron? ¿Qué tal el Juego de Estrellas de LeBron? Así fue.

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