Congreso deja para mes próximo debate sobre el futuro de DACA
Una posibilidad es que el asunto se negocie con el próximo acuerdo de fondos para el gobierno
Pese a que las encuestas apuntan a que los republicanos cargarían con la culpa si fracasan las negociaciones por DACA, el Congreso ha dejado para el mes próximo el diálogo para un posible acuerdo migratorio que, por ahora, parece misión imposible.
Los legisladores se encuentran en sus distritos toda esta semana con motivo del feriado de “President´s Day”, y no hay una “hoja de ruta clara” sobre cómo reactivar el debate migratorio.
Antes del receso en Washington, el presidente de la Cámara Baja, el republicano Paul Ryan, dijo que las negociaciones se retomarían previsiblemente en marzo, y girarían en torno a una medida que pueda obtener la firma del presidente Donald Trump.
Aunque la Administración impuso un plazo del próximo 5 de marzo para que el Congreso logre un acuerdo sobre DACA, Ryan consideró que el panorama ha cambiado debido a los dos recientes fallos judiciales a favor de la continuidad del programa para la renovación de permisos.
Una fuente de la oficina de Ryan dijo ayer a este diario que Ryan mantiene su requisito de que cualquier medida sometida a voto en el pleno de la Cámara Baja tiene que tener la venia de la Casa Blanca.
Un fallo del juez federal William Alsup en San Francisco (California) en enero pasado, y otro del juez Nicholas Garaufis, en Brooklyn (Nueva York), el martes pasado, obligan al gobierno a continuar aceptando solicitudes para renovar permisos bajo DACA, mientras se resuelve el litigio.
Ahora, un escenario posible es que los legisladores aprovechen el plazo del próximo 23 de marzo, cuando el gobierno agotará nuevamente sus fondos, para seguir negociando.
La semana pasada, el Senado rechazó tres medidas migratorias, incluyendo el “Dream Act” para la legalización de los “Dreamers”, y el plan migratorio del presidente Donald Trump, que exige $25,000 millones para la construcción del muro, un mayor combate contra los inmigrantes indocumentados, la eliminación de la “lotería de visas” y una drástica reducción de la inmigración legal.
La cuarta medida derrotada estaba dirigida a suspender ciertos fondos policiales contra las “ciudades santuario”.
La votación dejó en claro que si bien hay espacio para el consenso sobre la seguridad fronteriza, hay un abismo sobre los controles para futuros flujos migratorios legales.
Una fuente legislativa demócrata, que pidió el anonimato, dijo hoy a este diario que, para los demócratas, Ryan ha dado señales de que “encontrar una solución para DACA no es importante”, y advirtió que eso podría perjudicar a los republicanos en los comicios de noviembre próximo, particularmente “en distritos vulnerables que tienen una gran población latina, y suburbios con votantes con altos niveles de educación”.
Señalan a republicanos
Una encuesta divulgada ayer por la Universidad Quinnipiac indicó que el 80% de los estadounidenses apoya la legalización de los Dreamers, y el 58% cree que los republicanos cargarían con la culpa si el Congreso no alcanza un acuerdo para codificar el programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, que en la actualidad da cobijo a cerca de 700,000 “Dreamers”.
Apenas el 26% opinó que la culpa sería de los demócratas, que el mes pasado fueron culpados por el cierre de tres días del gobierno federal por falta de consenso sobre DACA. El Senado inició el debate migratorio la semana pasada como concesión a los demócratas, al aprobar la extensión de fondos para el gobierno hasta el próximo 23 de marzo.
El 86% de los votantes demócratas dijo que los republicanos tendrían la culpa si se desploman de forma definitiva las negociaciones.
La bancada demócrata tiene planes de utilizar el rechazo de los republicanos a la legalización de los “Dreamers” en su contra, de cara a los comicios legislativos del próximo 6 de noviembre.
El Comité de Campañas Demócratas Congresionales, por ejemplo, está destinando recursos contra 101 legisladores republicanos con escaños vulnerables, especialmente en distritos con alta concentración de latinos en estados como California, Texas, y Florida.l