JÓVENES DAN EL EJEMPLO
La reacción de los sobrevivientes de la matanza en la secundaria de Parkland, Florida da la esperanza de que finalmente se termine la apatía política ante las repetidas masacres escolares.
Los estudiantes de la escuela Marjory Stoneman Douglas están decididos a evitar que en otros centros se repita la tragedia que ellos vivieron. Ellos no quieren que otros adolescentes vean morir a sus compañeros de clase, ni que tengan que llorar la desaparición de sus amigos.
Hoy ellos estarán en la capital de Florida, Tallahassee, para presionar a los legisladores a que cambien las leyes permisivas de venta de armas. Esas que permitieron que alguien como Nikolas Cruz pueda comprar legalmente un fusil de asalto. Este es el comienzo. Ahora están recaudando fondos para llevar su mensaje en marzo a Washington D.C., para romper la barrera política que impide instalar el sentido común en el debate nacional sobre las armas de fuego.
Es esperanzador ver la movilización y compromiso
Contra las armas
que están asumiendo estos jóvenes.
Estos estudiantes demandan una nueva “normalidad” que no acepte de hecho que una escuela sea un campo de batalla con gente armada a su alrededor. A diferencia de muchos adultos, ellos comprenden que el problema es el exceso de armas y no la falta de ellas.
Los jóvenes actúan ante la falta de una respuesta política cuya responsabilidad recae en los hombros de los Demócratas. Muchos de sus integrantes temen aislar a los dueños de armas.
Los estudiantes son una generación que creció haciendo ensayos para protegerse de una eventual masacre, como quien hace práctica en caso de incendios. Ellos ven la amenaza de la persona armada como algo real que han tenido a lo largo de sus vidas, no como hechos excepcionales trágicos como lo hacen los adultos. Lo perciben y lo enfrentan de una manera distinta.
Estos jóvenes no tienen el cinismo de los mayores que piensan que no hay solución al problema de las armas, ya sea por la influencia de la Asociación Nacional del Rifle, la Segunda Enmienda de la Constitución y la reticencia del Congreso. Ellos creen en el poder de la voz del individuo, esa que moviliza las redes sociales.
Esperamos que este idealismo sea la mecha que encienda la exigencia popular, que se manifiesta en las encuestas al revelar el descontento con el Congreso y el presidente Trump por no actuar en este tema.
Que ellos sean la fuerza que mantengan viva la llama cuando se quiera extender plazos y causar retrasos, con la esperanza de que la matanza en Parkland pase al olvido como las anteriores.
No hay nada nuevo en decir que los jóvenes son la esperanza de porvenir. Ya se puede decir que son un ejemplo a seguir en el presente y que sus acciones de hoy realmente permiten creer en un futuro mejor.•