Un país muy armado
Aunque los políticos, en especial los conservadores, destacan la necesidad de mejorar el acceso a los servicios de salud mental, numerosos estudios dan cuenta de que el fácil acceso a las armas, incluyendo las de calibre militar, son el factor que más contribuye a la alta tasa de violencia armada y de masacres en EEUU.
La violencia derivada de las armas se cobra la vida de poco más de 33,000 personas al año en EEUU, un número mayor que en ningún otro país industrializado. En numerosos programas de televisión, Adam Lankford, profesor de criminología de la Universidad de Alabama, ha planteado categóricamente que “EEUU es número uno en el mundo en cuanto a posesión de armas, y número uno en el mundo en cuanto a tiroteos masivos públicos”. Lankford habla con conocimiento de causa: en 2015 hizo un análisis de más de 40 años de tiroteos masivos en 171 países, y las estadísticas le mostraron que “la tasa de posesión de armas explica por qué tenemos más tiroteos masivos que otros países”. El estudio de Lankford señaló que, entre 1966 y 2012, el
31% de los responsables de tiroteos masivos fueron estadounidenses. La población de Estados Unidos es el 4.4% de la población mundial pero conforma el 42% de las 644 millones de armas en manos civiles en el mundo, según datos de Naciones Unidas recogidos en el estudio de Lankford.
Sin embargo, la NRA, y legisladores y grupos afines, defienden a rajatabla la tenencia de las armas, consagrada en la Segunda Enmienda, e insisten en que la solución es promover el uso responsable de las armas.