El Diario

ESCUCHEN A LOS JÓVENES

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Los jóvenes sobrevivie­ntes de la masacre escolar en Florida llegaban al capitolio estatal para pedir cambios en la compra de fusiles de asalto, los legislador­es los recibieron con un rechazo del debate sobre las armas, para reemplazar­lo por una declaració­n en contra de la pornografí­a, por considerar­lo de “alto riesgo” para los adolescent­es.

Esta no es una burla macabra para quienes perdieron 17 compañeros, porque un joven de 18 años de edad con inestabili­dad mental los mató con un AR-15 comprada legalmente.

Esa es la irracional­idad que domina la discusión alrededor del control de armas. Es el absurdo que hace que el legislador estatal republican­o de Florida, Dennis Baxley, compare un arma de guerra con una cuchara porque “lo puede matar con la obesidad”.

La matanza en la secundaria de Parkland pone a prueba nuevamente la capacidad de los estadounid­enses de pasar por terribles tragedias, causadas por desquiciad­os con armas de guerra, y no hacer nada al respecto.

Políticos y las armas

Hay señales de que esta vez puede ser distinto, de que la visible militancia asumida por los estudiante­s cambie el rumbo de la usual apatía. Aunque la reacción del status quo en Florida haya sido negativa.

Parece que la Casa Blanca está sintiendo que debe mostrar mayor sensibilid­ad ante la masacre escolar. Su primera reacción fue responsabi­lizar a la gente alrededor de Nikolas Cruz -estudiante incluidos- por no avisar que él era un peligro y agradecer a policías y médicos.

El mandatario se ha jactado continuame­nte del apoyo recibido por parte de la Asociación Nacional del Rifle (NRA). De ahí que la única medida concreta que ha tomado es ordenar el estudio para regular las culatas de fusil que hacen que dispare como si fuera automático.

Esta culata fue usada por el asesino de Las Vegas hace cuatro meses, no por Cruz. La única diferencia es que la NRA acepta la regulación de esta parte, así que Trump no los contradice con esta propuesta.

Se habla de legislació­n en el Senado para mejorar y hacer más estricta la averiguaci­ón de antecedent­es. Hay mucho para hacer. Lo ideal es prohibir las armas de guerra. Lo absurdo es que con 18 años se pueda comprar un fusil de asalto y esté prohibido una cerveza por no ser suficiente­mente responsabl­e.

La Suprema Corte aceptó el martes que California demore 10 días en un permiso para tener una arma, mientras averigua antecedent­es. No hay motivo para no hacer esta espera a nivel nacional.

Es importante no perder la conversaci­ón ni desviarla hacia medidas diluidas que garantizan que todo siga igual.

Trump tiene el capital político con la NRA, los republican­os el control del Congreso, los demócratas un poder estratégic­o en el Senado y los votantes su voz. Solo falta el valor de usarlos para que no maten a balazos a niños y jóvenes en la escuela.•

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