‘Un fuerte mensaje’
La visita de este miembro del núcleo duro del régimen y cabeza de la delegación norcoreana para el cierre de los Juegos desató protestas por parte de la oposición surcoreana y de familiares de las víctimas, y al mismo tiempo supuso una nueva oportunidad para un posible diálogo entre representantes de Washington y Pyongyang.
Esta toma de contacto no se produjo, según lo que ha trascendido del evento, aunque la oficina presidencial surcoreana señaló que Kim Yong-chol manifestó la “suficiente voluntad de mantener un diálogo con EEUU”, durante su reunión de una hora con Moon.
El líder surcoreano insistió en la necesidad de que se produzca un diálogo entre EEUU y Corea del Norte en un futuro próximo, algo que servirá también para mejorar las relaciones intercoreanas, explicó la oficina presidencial en un comunicado.
Ivanka, muy sonriente y ataviada con ropa deportiva de su país, presenció la ceremonia junto a Kim Jung-sook, la primera dama surcoreana, mientras que en la fila trasera del mismo palco se encontraba el general norcoreano.
Durante la ceremonia de clausura, los aletas de las dos Coreas volvieron a desfilar juntos, aunque esta vez emplearon tanto sus banderas nacionales como la enseña unificada, y contaron con los patinadores Lee Seung-hoon y Kim Ju-sik como abanderados del Sur y del Norte. El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, dijo que los Juegos de PyeongChang han enviado “un fuerte mensaje sobre el diálogo”, lo que puede dar lugar a “importantes resultados” en la península de Corea.
La participación norcoreana en los Juegos, el hecho de que los deportistas de ambos países desfilaran bajo una bandera unificada o la creación de un equipo común de hockey sobre hielo “son gestos muy significativos que trascienden al deporte”, recordó Bach.
Por otra parte, Bach anunció que la suspensión del COI sobre Rusia se mantendrá por ahora y que sólo se levantará “cuando no haya más casos de dopaje”.