La Derecha silencia a los combatientes de la guerrilla
Y un error humano acaba con la poca confianza en el sistema electoral
Los históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), los que combatieron en la guerra jugándose la piel, se atrincheran ante los resultados de las elecciones legislativas y municipales en El Salvador, en las que la derecha dejó a los exguerrilleros mudos y ausentes.
Tan solo cuatro horas después del cierre de los centros electorales y con un bajo porcentaje de actas procesadas, el FMLN veía ante sus ojos el más profundo abismo que jamás podría imaginar, tal y como quedó patente con un largo silencio que expresó mucho más que mil palabras.
El partido oficialista compareció el lunes únicamente para leer un breve comunicado reconociendo la amarga derrota y entonando el “mea culpa” al que, según palabras del secretario general del FMLN, Medardo González, buscarán dar solución.
Y tras las disculpas, González y sus acompañantes, entre los que se encontraban las diputadas Norma Guevara, “jefa” de la bancada del FMLN y Nidia Díaz, también ruda combatiente en el frente durante el conflicto armado (1980-1992), enmudecieron e ignoraron las preguntas de la prensa.
Opacados
El FMLN se ha opacado, ya no es el de antaño, aquella formación combativa; no es aquel grupo aguerrido al que no callaban ni las balas del Ejército, ni las minas que estallaban a su paso; ni siquiera es el de hace tan solo una semana, cuando se expresaban con locuacidad para pedir el voto a los salvadoreños a través de los medios de comunicación.
La pregunta que flota en el ambiente es obvia: ¿son estos resultados un termómetro de cara a las elecciones presidenciales del 2019? ¿Se resentirá el FMLN de esta derrota cuando transcurran unos meses?
Y mientras esto ocurre entre los que fueron líderes de la guerrilla, los miembros de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) celebran el claro aumento de escaños a su favor.
Error electoral
Además, un “error humano” en el escrutinio preliminar de los votos por diputados dejó inicialmente por fuera del Congreso a varios de los actuales diputados que buscaban la reelección y situó en su lugar a otras personas de su misma formación, sin alterar la cantidad de votos agenciados a cada entidad.
Por parte del FMLN quedaban sin escaño excombatientes y políticos de larga data como el diputado Carlos “Diablito” Ruiz y Benito Lara, ministro de Seguridad durante 2015, el año más violento de la historia reciente del país.
Entre los episodios más recordados de su gestión (2014-2016) destaca una masacre de 14 pandilleros en una prisión, sobre la que admitió ante la prensa que el Gobierno tenía información de que se iba a dar como una purga de la mara Barrio 18 y que no evitó.
Miles de internautas alabaron esta “limpieza” en redes sociales en el seno del Congreso, pero la alegría dio paso a la indignación cuando un representante de la empresa encargada del sistema informático anunció en conferencia de prensa que todo fue un “error”.
El sistema electoral salvadoreño permite a los votantes fraccionar su voto, con lo que al votar con un partido le pueden dar su “preferencia” a un candidato de la lista sobre otros, sin importar el orden dado por las formaciones.
“Una pieza de software pequeñita falló a la hora de tomar los nombres de los candidatos y los colocó de una manera desordenada”, señaló Francisco Campos, director comercial de Smartmatic para Centroamérica, quien apuntó que este problema se dio por un “error humano” que “no pudo ser detectado en los simulacros”.
Esa línea de programación del software mal puesta ha sembrado la sospecha y sepultado la poca confianza con las que los salvadoreños encararon los comicios.l