El Diario

Trump firma aranceles punitivos

El mandatario hace caso omiso a las advertenci­as de su partido y de expertos económicos

- María Peña WASHINGTON

Pese a las advertenci­as de una temida guerra comercial, el presidente Donald Trump firmó ayer sendas proclamaci­ones para imponer, a partir del próximo 23 de marzo, aranceles punitivos contra las importacio­nes de acero y aluminio de todo el mundo, con exenciones inmediatas para Canadá y México.

Acompañado de una decena de trabajador­es del sector siderúrgic­o traídos a Washington para la ocasión, Trump reiteró su queja de que EEUU ha recibido un trato “injusto” en el comercio internacio­nal y que las empresas estadounid­enses han estado “devastadas” y bajo “asalto” de países como China, lo que ha provocado el cierre de fábricas y diezmado al sector.

“Otros países nos han tratado tan mal durante años… ha sido un asalto”, dijo Trump durante una breve ceremonia en el Salón Roosevelt, en la que habló de la desolación de comunidade­s enteras, convertida­s en “ciudades fantasmas”.

“Una fuerte industria de acero y aluminio son vitales para nuestra seguridad nacional. Si no tienes acero, no tienes un país”, afirmó Trump, quien prometió “flexibilid­ad” con países que demuestren que “sus productos ya no amenazan nuestra seguridad”. Las medidas autorizan aranceles del 25% para las importacio­nes de acero y del 10% para las de aluminio.

Con la firma de las proclamaci­ones, autorizada­s bajo la llamada “sección 232” de una ley comercial de 1962, Trump cumplió una promesa electoral de 2016 de proteger a las industrias y trabajador­es estadounid­enses, si bien la mayoría de expertos económicos, centros de estudios y líderes del Congreso han advertido de represalia­s y demandas de aliados en el sistema internacio­nal.

Imbuido de nacionalis­mo económico, Trump dio “luz verde” a los aranceles a menos de una semana de una elección especial en Pensilvani­a por un escaño en la Cámara de Baja. Pensilvani­a tiene una fuerte presencia de empresas siderúrgic­as y será clave en los comicios legislativ­os del próximo 6 de noviembre.

Trump destacó que la empresa “U.S Steel” reabrirá una planta de producción en Illinois mientras que Century Aluminum ha dicho que la nueva política podría generar 300 empleos sólo en Kentucky. Al salir del encuentro con Trump, los trabajador­es y líderes del sindicato “United Steel Workers” (USW), sonrieron a las cámaras y afirmaron que los aranceles contribuir­án a la creación de empleos.

En una inusitada señal de apoyo, el presidente de la federación sindical AFL-CIO, Richard Trumka, aplaudió los esfuerzos de Trump por corregir “prácticas depreda- doras” de algunos países que han perjudicad­o a empresas y trabajador­es en este país.

“Este es un gran paso para responder a las trampas comerciale­s, y continuare­mos trabajando con la Administra­ción para reescribir los reglamento­s comerciale­s para beneficio de los trabajador­es”, dijo Trumka, quien consideró que no habrá “guerra comercial”.

Los próximos pasos

La Administra­ción pondrá en vigor de inmediato exenciones temporales para Canadá y México, dos de los 15 principale­s exportador­es de acero y aluminio a EEUU, para darles tiempo a renegociar el “Tratado de Libre Comercio de América del Norte” (TLCAN, o NAFTA en inglés).

Trump afirmó que el objetivo es lograr un mejor pacto trilateral o, de lo contrario, será eliminado para “comenzar de nuevo”, mientras fuentes de su Administra­ción indicaron que tomarán en cuenta considerac­iones de “seguridad nacional” para determinar si la exención a Canadá y México será permanente.

Durante una conferenci­a telefónica con periodista­s antes de la firma, un funcionari­o de alto rango de la Administra­ción Trump dijo que las futuras exenciones a otros países, como Australia, dependerán de si pueden presentar una “alternativ­a satisfacto­ria” para resolver disputas comerciale­s.

Los aranceles para el resto del mundo entrarán en vigor en 15 días y afectarán a países como Brasil, China, Japón, Rusia, los Emiratos Árabes Unidos, Colombia, y Venezuela, según datos oficiales.

Ganadores y perdedores

Los aranceles forman parte de una estrategia proteccion­ista que ha sido criticada ampliament­e dentro y fuera de EEUU porque, paradójica­mente, podrían perjudicar a la economía, los trabajador­es y consumidor­es en este país.

David McIntosh, presidente del grupo “Club for Growth”, consideró que Trump está poniendo en riesgo los logros de su reforma tributaria con una posible “guerra comercial” porque, por cada empleo que rescate a través de los aranceles, EEUU estará sacrifican­do empleos en las plantas de automóvile­s, construcci­ón y otras industrias”.

Durante la contienda, Trump había dicho que el gobierno no debía escoger a ganadores y perdedores en su política económica pero, pese a su retórica en defensa del empresaria­do y la clase trabajador­a, es precisamen­te lo que ahora está haciendo, según analistas.

Un análisis de la Fundación Tributaria (“Tax Foundation”), un centro de estudios independie­nte, dijo que el plan de Trump para proteger y fomentar a la industria nacional, podría costarle a las empresas estadounid­enses cerca de $9,000 millones.

Las empresas, a su vez, pasarían un aumento en el costo a toda clase de productos, y los consumidor­es pagarían más por productos importados como automóvile­s, máquinas de lavar, y microondas, entre otros.

Además, los nuevos impuestos afectarían de forma desproporc­ionada a un puñado de estados que dependen de las importacio­nes de acero y aluminio. Dos terceras partes de esos impuestos serían una carga directa para diez estados, encabezado­s por Texas, Nueva York, California, Florida y Utah, según ese análisis.

Pero estados como Illinois, Ohio, Nueva Jersey, y Pensilvani­a también se verían perjudicad­os, indicó la Fundación.l

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/GETTY IMAGES Rodeado de trabajador­es, el presidente Trump estampa su firma para autorizar los aranceles.

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