El Diario

GANA LA LEY DEL REVÓLVER

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La pulseada entre las armas y los maestros para ganar el respaldo de la Casa Blanca en la seguridad escolar la ganó la Asociación Nacional del Rifle (NRA). La Asociación Nacional de la Educación no quiere que sus integrante­s estén armados en el aula, no obstante ganó la ley del revolver.

La propuesta final de la administra­ción Trump sobre las armas de fuego podría ser desilusion­ante si se tomara en serio las palabras del presidente. Si las posturas que toma en reuniones televisada­s ante los legislador­es perdurarán después de apagarse las cámaras, a la hora de ir a lo concreto.

Pero a esta altura, después de lo ocurrido con DACA, la sorpresa sería si Donald Trump es consecuent­e con lo que dice.

El Presidente dejó una impresión grata al enfrentar a los legislador­es que defienden el derecho de un joven de 18 años de edad a comprar un arma de guerra, especialme­nte cuando le es prohibido adquirir un revolver.

Los desarmó con el sentido común. Luego acusó a los legislador­es de estar “petrificad­os” por temor al NRA y se jactó que la organizaci­ón tiene “menos poder sobre mí”.

Bastó una reunión entre Trump y el NRA para que la firmeza del presidente se disuelva.

Ahora la Casa Blanca propone crear una comisión sobre seguridad escolar dirigida por la Secretaria de Educación, Betsy DeVos, que estudiará el tema de la edad para comprar armas de asalto. El Presidente tuiteó que “no hay mucho respaldo político” para elevar la edad de la compra.

Lo que falta aquí es liderazgo presidenci­al. Es indignante que Trump, después de hacer la parodia del fuerte que no le teme al NRA, salga con la cola entre las patas después de reunirse con ellos.

La propuesta presidenci­al de solidifica­r la investigac­ión de antecedent­es, de armar las escuelas y de regular en vez de hacer una ley que prohíba determinad­as culatas para fusil es idéntica a la del NRA.

Trump está equivocado cuando habla de la falta de respaldo político para elevar la edad de compra de armas. Las encuestas están ampliament­e a favor de hacerlo, existe una mayoría bipartidis­ta en el Congreso que la votaría.

Pero con las armas, como con inmigració­n, los extremista­s controlan los hilos de la Casa Blanca.

Dos tercios de los propietari­os de armas, no están de acuerdo con el NRA ni son integrante­s de la organizaci­ón por considerar extremas sus posiciones. Menos de un tercio de los estadounid­enses tienen armas de fuego.

No obstante, esta minoría es la que tiene acobardada a los Republican­os y con ese miedo ha tomado como rehenes a la gran mayoría de los estadounid­enses.

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