El Diario

UN REGRESO A LA DISCRIMINA­CIÓN

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Las proteccion­es creadas a partir del derrumbe financiero del 2008 son eliminadas rápidament­e. Con ellas desaparece­n las normas para evitar la discrimina­ción racial en el otorgamien­to de préstamos.

El Senado aprobó cambios diluyendo la eficacia de la ley Dodd-Frank, creada en 2011 para evitar las prácticas financiera­s que condujeron a la crisis del 2008. Desde el inicio la banca protestó contra la legislació­n por considerar­la restrictiv­a y onerosa en su cumplimien­to.

Los cambios hechos benefician a la banca, reducen las exigencias para demostrar solvencia a un sector importante, a otro le permite nuevamente las inversione­s riesgosas y elimina la obligatori­edad de que los bancos pequeños deban reportar informació­n más detallada sobre a quién le prestan dinero.

La informació­n sobre los préstamos permite identifica­r cuándo los bancos se aprovechan de la falta de sofisticac­ión financiera de las minorías, como lo han hecho por mucho tiempo.

Los propietari­os latinos, incluso aquellos con un buen crédito, tenían el 30% más de posibilida­des de recibir préstamos con elevados intereses y móviles que los anglos, durante la burbuja hipotecari­a. Se estima que como grupo, los propietari­os latinos perdieron $655,000 millones en el valor de sus hogares entre 2005 y 2009.

El caso más sonado es el de Wells Fargo. El banco debió pagar una multa millonaria por presionar a sus clientes latinos y afroameric­anos a comprar los préstamos hipotecari­os más caros y cobrarles tarifas excesivas.

La nueva ley no hubiera podido pasar la Cámara Alta de no haber sido por el respaldo de 13 senadores demócratas. Esto mostró la brecha que existe en la oposición en algunos casos cuando se entrecruza Wall Street con una reelección.

Esta no es la primera oportunida­d en que se elimina las barreras contra la discrimina­ción financiera. Hace un mes el jefe de presupuest­o de la Casa Blanca y director de la Oficina de Protección al Consumidor Financiero (CFPB), Mick Mulvaney, cambió la misión del área dedicada a evitar la discrimina­ción en los préstamos financiero­s.

El CFPB, creado por la ley Dodd-Frank, durante cinco años obtuvo $400 millones en multas a institucio­nes bancaria por conducta impropia. Ahora la oficina dedicada específica­mente a ese fin, se centrará en “la promoción, coordinaci­ón y educación” financiera.

Esta desregulac­ión correspond­e a la versión distorsion­ada de los bancos, y de los republican­os, que excluye a la industria de responsabi­lidad en el colapso hipotecari­o.

Ellos dicen la culpa fue de quienes tomaron los préstamos y no de quienes los otorgaron, sabiendo que no se podían pagar. Los propietari­os y el pequeño ahorrista son los que al final perdieron dinero.

La nueva ley es un regreso a la discrimina­ción y a los peligros del pasado que causaron la Gran Recesión.l

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