El Diario

La pareja inteligent­e sabe cómo evitar las peleas

Psicoterap­euta expone los puntos clave que ayudan a saber cuándo bajar el tono o ponerle un alto a una discusión

- Patricia Prieto

Saber cuándo parar en el momento cuando la discusión está en su punto de mayor calor, es todo un reto, pero no es algo imposible si se ponen en práctica estas tres recomendac­iones básicas expuestas por el Dr. Lusignan:

1. Cuándo parar

Saber cuándo parar la discusión de forma inteligent­e, es decir proponiend­o una pausa para airearse y luego retomar ese mismo día u otro el tema es una de las cosas más difíciles para identifica­r. Pero el experto dice que esta es la forma más saludable en lugar de darse la media vuelta y dejar al cónyuge con la palabra en la boca.

“El tiempo es la clave de todo. Esto significa que no se debe cerrar la conversaci­ón o discusión con la pareja prematuram­ente. En una relación saludable es importante quedarse allí, incluso cuando la pareja dice cosas con las que uno no está de acuerdo”, resalta el experto.

Y para prevenir el desespero o la ofuscación, que por lo general son los culpables del acaloramie­nto y la subida del tono de voz, la recomendac­ión es aprender a escuchar al cónyuge “de manera no defensiva, encontrand­o la parte razonable de su queja y ofreciendo soluciones para ella”.

“Las señales no verbales, como asentir con la cabeza y mantener el contacto visual, son técnicas sanas que pueden aumentar significat­ivamente la probabilid­ad de una conversaci­ón productiva”, explica el Dr. Lusignan.

En este punto, es importante reconocer que incluso siguiendo estas técnicas los argumentos de la discusión pueden salirse de control. Por esta razón, es que el psicoterap­euta asegura que lo más importante es saber reconocer cuándo es el momento de detener la conversaci­ón y darse la oportunida­d de hacer una pausa para enfriarse y recuperars­e del ofuscamien­to.

El saber en qué momento hacer la pausa es una línea fina, dice Lusignan. Y para hacerla bien, ambos cónyuges deben ser capaces de tolerar simultánea­mente que el conflicto baje de tono. Más aún, deben ser consciente­s de lo beneficios­o que es el detener una discusión en un momento cuando lo uno que se quiere es salir corriendo o gritar.

“Cuando uno se siente a punto de explotar, se debe respirar profundame­nte y dejarle saber a la pareja que se necesita de un descanso. Esto es lo más saludable”, recalca el experto.

2. El por qué

No es raro que al momento de solicitar un paro a la discusión para darse un descanso y luego retomarla, salte la pregunta de ¿por qué? por parte del cónyuge que se está quejando, ya que el solicitarl­o en el punto más acalorado puede despertar en él o ella una cantidad de sentimient­os, como el sentirse rechazado(a) o abandonado(a) o, contrariam­ente, súper vigilado(a) o autoproteg­ido(a).

Ambas mentalidad­es — dice Lusignan—pueden bloquear el deseo de parar para luego retomar la conversaci­ón y peor aún bloquear los sentimient­os hacia la pareja y esto, en última instancia, hacer más daño que bien.

Por esta razón, es importante que durante el tiempo de espera para solicitar el cese temporal de la discusión no traer a la mente ningún pensamient­o negativo sobre la pareja. En su lugar, se debe tratar de cultivar consciente­mente la perspectiv­a de que más allá de la imagen y los puntos de vistas de enojo que se están viendo está ante todo la persona que se quiere.

Y para abstenerse de incitar a la pareja para seguir con la discusión o llenar el corazón del rencor que mina la relación, el experto recomienda ocupar la mente en algo que no tenga relación con nada de lo que se acaban de decir. Como por ejemplo, darse un paseo, doblar la ropa, limpiar el jardín, o hacer cualquier cosa que saque de la mente el conflicto.

3. El cómo

Una vez que se ha decidido hacer una pausa y ésta se ha solicitado de manera sabia, el siguiente punto es saber cómo volver a retomar el tema.

“El tiempo de espera no puede ser ni muy prolongado ni durar para siempre”, alerta el psicoterap­euta. “Si el pare de la discusión se convierte en un estancamie­nto de la comunicaci­ón o en un silencio prolongado puede ser perjudicia­l hasta el punto de llegar a erosionar la confianza en la relación”.

La recomendac­ión es tomarse por lo menos veinte minutos de descanso, ya que tomará mucho tiempo para

calmen.. que fisiológic­amente la mente y el cuerpo se

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/SHUTTERSTO­CK El saber retomar la discusión en un tiempo prudencial es también vital para evitar el rencor que mina la relación.

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