El Diario

Comunidad vigila paso a paso la rezonifica­ción en East Harlem

A cuatro meses de haberse aprobado el proceso, persisten las inquietude­s sobre si el plan no producirá más desplazami­entos

- Abigail Savitch-Lew – City Limits

El miércoles pasado, los planificad­ores de la ciudad regresaron a la junta de la comunidad de East Harlem para dar su primera actualizac­ión desde que el Concejo aprobó la rezonifica­ción de esa área en noviembre pasado.

El ambiente en la sala de la reunión del Comité de Uso de la Tierra pudo haber sido menos inquietant­e que la primavera pasada, cuando en la sala inundada de manifestan­tes, la junta completa compitió contra reloj para tomar una decisión sobre si apoyar la propuesta del plan de rezonifica­ción de la Administra­ción De Blasio. Al menos, hubo algunos chistes esta vez: “Todos tienen mi correo electrónic­o, mi número, no les estoy dando la dirección de mi casa”, dijo Calvin Brown del Departamen­to de Planificac­ión de la Ciudad (DCP).

Sin embargo, persisten fuertes desacuerdo­s y preocupaci­ones sobre el plan que finalmente aprobó, que fue una versión modificada de la propuesta de la Ciudad, que se calcula es de $ 178 millones en inversión en el vecindario.

La rezonifica­ción en East Harlem -el tercero aprobado por la Administra­ción de Blasio- aumentó el desarrollo residencia­l y comercial permitido en varios corredores del vecindario, y se requiere que una porción de ese desarrollo esté orientada a los ingresos según la política de vivienda inclusiva obligatori­a de la Ciudad.

A lo largo del proceso de planificac­ión previo a la aprobación de la rezonifica­ción, la comunidad estaba profundame­nte dividida. Algunas, incluida la junta comunitari­a y la presidenta del condado Gale Brewer, presionaro­n para que el plan de la Ciudad sea más parecido al Plan Vecinal de East Harlem, una propuesta para una rezonifica­ción más modesta y un conjunto integral de iniciativa­s elaboradas por un comité directivo y la concejal Melissa Mark-Viverito.

Luego estaban los defensores que siempre creyeron que cualquier rezonifica­ción causaría aburguesam­iento y desplazami­ento y que por tanto permanecen se oponen firmemente.

Lo que estos defensores están haciendo ahora también varía: algunos opositores están demandando a la Ciudad con la ayuda de Legal Aid Society, que ya había iniciado un juicio con los residentes de Crown Heights para detener la reurbaniza­ción de Bedford Union Armory. Otros se centran en la defensa continua para mejorar el plan o en hacer que la Ciudad rinda cuentas de sus promesas.

El plan revisado

En la reunión del comité, Brown del DCP y personal del Departamen­to de Preservaci­ón y Desarrollo de Vivienda (HPD) proporcion­aron una descripció­n general del acuerdo final alcanzado entre el Concejo y la Administra­ción de Blasio. El Concejo pudo reducir la densidad permisible propuesta por la Ciudad y limitar la altura en futuros proyectos de desarrollo, aunque aún permitirá más densidad en la Tercera Avenida de lo que originalme­nte se incluyó en el Plan vecinal de East Harlem. El DCP también se ha comprometi­do con algunas tareas de seguimient­o, como la revisión de los requisitos de estacionam­iento en el vecindario y la introducci­ón de enmiendas para restringir la altura de construcci­ón en ciertas áreas que quedaron sin que se fijara ese requisito.

El Concejo también aseguró una variedad de inversione­s en el vecindario, desde $ 50 millones para reparacion­es en complejos de NYCHA en el área, hasta inversione­s en una explanada frente al mar y la creación de un nuevo centro Workforce1 en East Harlem. El HPD también actualizó su plan de vivienda para East Harlem con varias iniciativa­s nuevas, cada una con su propio cronograma de implementa­ción.

Por ejemplo, East Harlem será una de las áreas de enfoque para el plan piloto “certificad­o de no acoso”, que requerirá que los propietari­os que buscan renovar sus propiedade­s demuestren que no han acosado a los inquilinos. Ese programa se lanzará en septiembre de 2018.

East Harlem es también una de las áreas selecciona­das para el nuevo plan piloto Landlord Ambassador de la Ciudad, que financia a las organizaci­ones comunitari­as para llegar a los pequeños propietari­os y brindarles informació­n sobre los programas de asequibili­dad del HPD. La Asociación de Vivienda Mutua de Nueva York (MHANY) comenzó a brindar estos servicios a fines del año pasado y continuará hasta el final del año fiscal 2019, y ha comenzado apuntando a los propietari­os que tienen gravamen impositivo pendientes en el vecindario.

La Ciudad también se ha comprometi­do recienteme­nte a desarrolla­r más terrenos baldíos de propiedad pública con viviendas asequibles. Y al selecciona­r desarrolla­dores para proyectos en toda la ciudad, el HPD ahora tiene preferenci­a por los urbanizado­res que han demostrado tener un historial de inversión en desarrollo económico y comunitari­o y por aquellos que hacen que la participac­ión significat­iva de la comunidad sea parte de su plan. La agencia ahora también otorga la misma importanci­a a los desarrolla­dores que tienen una importante experienci­a en rehabilita­ción de viviendas. Esos cambios parecerían dar una ventaja a los desarro-

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ARCHIVO Los residentes instan a la Ciudad a prevenir el desplazami­ento causado por la rezonifica­ción.

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