EEUU Y LOS INMIGRANTES
Estados Unidos tiene un problema con la inmigración al querer reducirla cuando por lo menos se necesita mantener el flujo actual.
No es una cuestión política, ni sentimental, es demográfica, económica. Aquí se termina la demagogia de las palabras y la apelación al sentimiento humano. Comienza la frialdad de las cifras.
La población estadounidense está envejeciendo. Es un fenómeno a lo largo del mundo industrializado en donde baja la cantidad de nacimientos, se extiende la vejez y el vacío de la mortalidad no se reemplaza como antes.
La tasa de nacimiento se ido reduciendo consistentemente. Según el Centro para el Control de Enfermedades en 1909 había 30 nacimientos cada 1,000 residentes, en 2016 fue de 12.2 por cada 1,000.
La empresa Toys R Us al anunciar su cierre se refirió a la baja de nacimientos, además de otros cambios en el mercado. La juguetera estimó que a partir de los noventa sintió una caída continua que se agravó con la Gran Recesión, sin recuperarse.
La generación de milenio se demora en tener hijos mientras que cada día se jubilan n 10,000 personas de la generación de los boomers, que vivirán más que antes gracias a la tecnología. La Oficina del Censo estima que en el 2030 por primera habrá más gente arriba 65 de años que por debajo de los 18 años de edad.
Los analistas llaman a esto como una “bomba de tiempo”.
Una población envejeciente que sube los costos del gobierno, reduce los fondos de seguro social y pensiones, hay menos gente que atienda a los más ancianos, una baja en el crecimiento económico y escasez de trabajadores jóvenes.
En 1960 había cinco trabajadores por cada beneficiario de Seguro Social. En 2035 habrá solamente dos. En 2029 Medicare se quedará sin fondos y en 2034 el Seguro Social quedará insolvente. Los indocumentados ahora pagan 13 veces más de lo que reciben en el Seguro, son miles de millones de dólares que en la realidad ayudan a los retirados de hoy.
Además, los inmigrantes son los que cuidan a los niños y los abuelos. Los que recogen las verduras, atienden en los hoteles y construyen edificios. Son los emprendedores infatigables de actividades comerciales. Ellos programan en Silicon Valley, enseñan en la universidades y sus investigaciones gana premios Nobel.
Ante este panorama la administración Trump y el Congreso Republicano respaldan una agresiva e intimidatoria política de deportaciones. Al mismo tiempo, respaldan proyectos de ley para reducir tres cuartos del millón de inmigrantes que entran al país anualmente.
Ellos explotan el temor de quienes ven sus valores amenazados por los cambios demográficos. La política del miedo, que conduce a la ignorancia, es la peor receta para analizar el presente y preparar el futuro.•