Taxistas piden auxilio
Tras suicidio de cuatro conductores, agobiados por la crisis económica en el sector, activistas exigen regulaciones para frenar el avance de Uber y Lyft
Las deudas y la crisis económica por las que atraviesan miles de taxistas en la Gran Manzana, tras la entrada en vigor de aplicaciones de servicios de autos como Uber y Lyft, llevaron, según sus familiares, a que cuatro conductores se quitaran la vida en los últimos cuatro meses, siendo dos de ellos hispanos.
Y para llamar la atención sobre las dificultades que enfrentan los conductos, este miércoles, con cuatro ataúdes para simbolizar a sus compañeros fallecidos, representantes de ese gremio se plantaron en la Alcaldía y advirtieron que si las autoridades de la Ciudad de Nueva York no toman acciones inmediatas para regular esa industria, habrá más muertes, bancarrotas y pobreza.
“Estamos de luto por estas pérdidas y nos duele ver que la Ciudad haya abandonado a miles de hombres y mujeres que se han vuelto invisibles, y que tratando de ganarse la vida, manejando taxi, están en medio de una crisis sin precedentes”, aseguró Bhairavi Desai, directora ejecutiva de la organización New York Taxi Workers Alliance, destacando que muchos dueños de autos deben pagar deudas entre $6,000 y $9,000 mensuales que ya son casi imposibles de cubrir por la “injusta” competencia. “Ningún conductor está ganando. La Ciudad tiene que actuar ahora porque nos están llevando a la pobreza e incluso al desamparo; debe haber regulaciones justas e iguales para todos”.
Nicolai Haen, amigo de Douglas Schifter, el taxista que se quitó la vida el mes pasado frente a la sede de la Alcaldía agobiado por las deudas y el desplome en su trabajo, advirtió que si los líderes políticos no miden con la misma vara de los taxis a los carros que se rentan con aplicaciones, “estarán acabando con la vida” de más conductores, como pasó también con Nicanor Ochisor, Danilo Corporán Castillo y Alfredo Pérez.
“Por más de 30 años yo le he dado mi dinero a la Ciudad pagando mi carro y mi medallón, que ahora no vale nada y me siento estafado. Tienen que hacer algo”, dijo el taxista.
Pero más allá de las preocupaciones que les implica la crisis, conductores como Víctor Salazar, quien tiene un taxi amarillo desde 1994, confiesan que están sumidos en la “desesperanza”.
“Yo puedo ser el quinto o cualquiera de mis compañeros, porque la verdad me siento asfixiado y deprimido. Creo que nuestras esperanzas se están muriendo y mientras manejo, encerrado en el auto, a veces me da mucha tristeza de ver cómo nos estamos hundiendo”, comentó el inmigrante hispano. “Por eso le pido al Alcalde que haga lo correcto y al Gobernador que se deje de tonteras y no solo beneficien a las grandes corporaciones, pues en mi caso no solo no estoy ganando lo mismo sino que tengo una deuda de $300,000 que me toca seguir pagando porque no me queda más”.
Piden freno a Uber
En la manifestación los taxistas exigieron a la Ciudad que haya un tope de la cantidad de vehículos alquilados que se mueven en las calles, para frenar a aplicaciones como Uber, que algunos estiman, tienen 140,000 coches en las vías de la Gran Manzana. Asimismo solicitan tasas reguladas de tarifas para toda la industria y topes a los gastos cobrados a los conductores, como el financiamiento de vehículos y tarifas de comisión.
Rubén Díaz, presidente del Comité de Vehículos Rentados del Concejo, quien aseguró que no estuvo en la manifestación “por respeto a las familias” de los cuatro taxistas que se quitaron la vida, manifestó su apoyo a los reclamos y pidió al alcalde Bill de Blasio que revise la manera como la Comisionada de TLC está manejando esta problemática.
“El Alcalde es el Alcalde, pero cuando hay un comisionado, éste le responde al Al-