Maestros se embolsaron dinero que era para los enfermos en Michoacán
Se desconoce el destino de unos US$60 millones que debieron recibir los hospitales públicos
Antes de que faltara hasta el jabón en los hospitales de salud pública de Michoacán hubo otros síntomas que pusieron en alerta a médicos y enfermeros quienes han padecido desde hace años de falta de equipo especializado, medicamentos de todo tipo e incluso para enfermos terminales, gasas y esterilizantes para limpieza según denuncias públicas.
El comisionado nacional de Protección Social en Salud, Antonio Chermor, reconoció en las últimas horas que el deterioro en las instalaciones y en general en todos los servicios de salud era tan evidente que comenzó a levantar focos rojos desde hace cinco años, cuando, a través de su autoridad se levantaron denuncias ante la Auditoria Superior de la Federación (ASF).
Pero sólo hasta ahora se sabe la razón: que el dinero destinado a los enfermos michoacanos terminaba en los bolsillos de maestros, aunque aún no se sabe exactamente de quiénes.
Ninguno de los dos sindicatos de profesores (SNTE y CNTE) se han pronunciado al respecto.
“Michocán era uno de los estados que más nos preocupaba entre 2013 Y 2014 porque tenía deudas, deudas sin comprobar y sin saldar’’, declaró. “Teníamos desde entonces una situación crítica y muy complicada y el origen es que no se aplicaba el recurso para lo que era sino que fue para pagar la nómina, no de la salud, sino de los maestros’’.
Hasta el momento existen 23 denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR) para sancionar el desvío de recursos que suman en total 7 mil 412 millones de pesos —alrededor de 436 millones de dólares— en el periodo de seis años del ex gobernador priista Fausto Vallejo, quien hoy aspira a gobernar por quinta ocasión Morelia por una alianza entre el Partido Encuentro Social y del Trabajo.
El problema trascendió y la ASF encontró el mismo cuento con el actual gobernador, Silvano Aureoles: en la cuenta pública 2016 del Seguro Popular michoacano no se sabe del destino de unos 60 millones de dólares.
Además existen compras de medicamento a sobreprecio; pagos a seis empleados que no cumplían con el perfil ni preparación académica para desempeñar el trabajo requerido; otros 34 que cobraban el dinero pero en realidad no trabajaban y una licitación que debió ser pública, pero en la que solo participó una empresa a la que se pagaron casi cinco millones de dólares sin que haya constancia de cuál fue propuesta técnica.
Los gobiernos estatales de México han sido desde antaño escenario de las peores prácticas de funcionarios y líderes agremiados que utilizan su poder de movilización para sacar beneficios personales, políticos y económicos.
“Los acuerdos a los que llegan siempre públicamente son una fachada para decir que se atienden condiciones laborales de maestros. En la práctica sabemos que se negocian otros puntos fuera del ámbito educativo”, dijo Ángel Díaz Barriga, pedagogo del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación.
“Su negociación tiene un carácter de lograr y manifestar su poder, de imponerse, de mostrar los tentáculos que tienen”.