El Diario

Fue un indocument­ado como millones; ahora salva las vidas de los estadounid­enses

- Gardenia Mendoza SAN DIEGO

El doctor Harold Fernández salva en promedio una vida al día en Nueva York. Ciudadanos de todo tipo entre los que destaca gente que no tiene esperanza de vida, desahuciad­os, a quien ningún otro cirujano del corazón quiere atender por los riesgos, el nivel de complejida­d, falta de expectativ­as o ganas.

“Para mi es un gusto’’, dice el médico de origen colombiano graduado en Harvard y Princeton que inspiró el documental Undocument­ed, de la estadounid­ense Patricia Shih, que se presentó durante el Festival de Cine Latino de San Diego.

Shih conoció a Fernández a través de su esposo, quien daba lecciones de música a la hija del médico. Así que un día se sorprendió cuando vio un artículo periodísti­co sobre su historia y un libro que él había escrito. “Lo llamé para felicitarl­o y decirle que su historia era digna de un filme y él aceptó aunque yo lo hiciera: nunca antes yo hubiera hecho una película’’, cuenta en entrevista con La Opinión.

La habilidad para salvar corazones descompues­tos que hoy tiene Fernández no sería una realidad en EEUU porque él era un indocument­ado y estuvo a punto de perder su beca en la Universida­d de Princeton, donde estudiaba biología molecular, cuando recibió una carta del decano en la que solicitaba una audiencia para que presentara su Green Card.

“Hubiera sido muy fácil que me echaran porque yo tendría que pagar mucho más como extranjero, pero hablé con Arcadio Díaz Quiñones, uno de mis profesores que antes había ayudado a abrir las puertas de la universida­d a mujeres, judíos, afroameric­anos… y él me abogó por mí; la universida­d tomó el riesgo y yo pude concluir mis estudios’’.

Con ese precedente pasó a Harvard para especializ­arse en cardiologí­a y así cumplir su sueño de ayudar a las personas inculcado en Colombia por su abuela, quien lo crió durante una etapa importanci­a de su infancia: cuando sus padres huyeron de la violencia en Antioquia, una de las zonas más violentas del país durante la época del narcotrafi­cante Pablo Escobar.

“El doctor Fernández es un ejemplo de todo lo que contribuye la inmigració­n a EEUU a pesar de todo lo sufrieron para llegar aquí’’, detalla Shih, hija de un emigrante chino que vivió el racismo estadounid­ense, una de las razones por las que contradice las políticas de Donald Trump. en el NYT o el Newsday.

“Mi padre fue el único inmigrante pero mi madre sí tuvo nueve hermanos y hoy somos una familia de alrededor de 70 miembros, todos ellos exitosos (son profesioni­stas, doctores) y contribuye­n a la sociedad, como el doctor Fernandez, pero también en los campos, en los restaurant­es, en la construcci­ón de edificios, en las compañías y la gente que trabaja’’, advierte Shih.

“¿Quién va a hacer ese trabajo? Los necesitamo­s; es loco lo que quieren hacer los republican­os al echar a los migrantes que están trabajando’’.

En tiempos recientes, Fernández fue más allá de la salvación de sus pacientes. Fue al límite de los sueños y ayudó a un hombre a entregar en matrimonio a su hija tras una operación por la que nadie apostaba y que tal vez nadie hubiera hecho de no ser porque de niño él viajó com su hermano hasta Bahamas para reunirse con sus padres que emigraron antes a EEUU.

El trayecto fue muy dramático porque había una tormenta en el caribe y tuvieron que esperar sin comunicaci­ón hasta que el mar tuviera condicione­s para cruzarlo en un bote. Cuando al fin pudieron zarpar a Miami — desde donde volarían a NY— los niños rezaron y, al llegar a su destino, se abrazaron a los padres, rieron y lloraron aunque la instrucció­n era no mostrar ninguna emoción. Así empezó la historia de uno de los médicos más importante­s del estado de Nueva York.l

 ?? CORTESÍA ?? Harold Fernández tras una cirugía del corazón
CORTESÍA Harold Fernández tras una cirugía del corazón

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