Sin papeles en sus años dorados
mentadas no pueden recibir asistencia de ningún tipo por parte del Gobierno Federal –especialmente ahora bajo la administración Trump–, hay estados como Nueva York que, desde hace mucho tiempo, han decidido no abandonar a “los sin papeles”, incluyendo a las personas de la tercera edad.
Por ejemplo, en la Gran Manzana hay servicios y programas que pueden ser utilizados o recibidos por cualquier persona sin importar si son indocumentados o si no tienen los recursos económicos para pagar por los mismos.
Entre estos servicios, los más vitales para los envejecienes son la ayuda alimenticia y los cuidados de salud.
“Todos los servicios en Nueva York están disponibles sin importar tu estatus migratorio. Los hospitales públicos tienen la opción ‘HHC Option’, que es un programa de escala de tarifas (sliding scale), con el que la persona que no tiene seguro médico, puede pagar por los servicios de salud dependiendo de sus ingresos”, explica Carolina Hoyos, directora del Centro de Recursos para Cuidadores (Caregiver Resource Center) del Departamento para Envejecientes de la Ciudad de Nueva York (DFTA).
“A los que no tienen documentos legales y tienen una emergencia médica, los hospitales públicos de Nueva York les proveen de un Medicaid de emergencia”, agrega Hoyos.
Esto se ha convertido en un verdadero salvavidas para inmigrantes como Cecilia
Cecilia Lezama
«Yo he pedido y he luchado muchísimo para que me den alguna ayuda. Pero si no tienes número de seguro social, no tienes derecho para nada». Lezama, quien a pesar de no contar con seguro médico privado o cobertura de salud gubernamental, ha podido recibir terapia psicológica para ayudarla con sus problemas de salud mental en el Hospital Metropolitano ubicado en el East Harlem, en Manhattan, y que pertenece a la red de 11 hospitales públicos de la corporación ‘NYC Health + Hospitals’.
“Hace dos años fui al hospital (Metropolitano) porque me sentía muy enferma. Tenía una fuerte depresión y estaba muy triste. Pero gracias a la ayuda de una trabajadora social me he aliviado mucho y estoy más tranquila”, cuenta Lezama, quien recibe terapia una vez a la semana.
Además de beneficiarse de los cuidados médicos que ofrecen los hospitales públicos neoyorquinos, la septuagenaria también aprovecha los servicios y programas que prestan los centros de envejecientes de la DFTA que, como otras agencias de la ciudad, no preguntan sobre el estatus migratorio de los beneficiarios.
Entre estos programas uno de los más vitales es el de los desayunos y almuer-
Envejeciente indocumentada