El Diario

Tal vez en su último baile, escribió otro capítulo de leyenda

“Yo sé bien lo viejo que es Manu porque jugué con él y también sé qué tipo de competidor es. Quizá por eso me puso contento el último triple que convirtió”

- Diego Morini SAN ANTONIO

Qué importa cuándo sea el final. Qué sentido tiene pensarlo cuando dentro de la cancha hay más historias para contar. No tiene ninguna lógica detenerse a pensar en el día después. Manu Ginóbili y sus Spurs, sí sus Spurs, son leyenda porque escriben capítulos cada juego para acceder a esa categoría.

Más allá del resultado final de esta serie, la franquicia no quería dejarse pasar por encima y mucho menos el argentino, que tuvo un partido para dejar en claro que sin duda que queda cuerda. Es un animal competitiv­o que a los 40 años va a vender muy cara su derrota. Y si bien es cierto que la serie está 3-1 para Golden State, San Antonio hizo un buen juego para imponerse por 103-90. Lo que cuenta aquí es que estos playoffs ya tienen otro sabor.

Si se trata de orgullo, este equipo sabe bien de esta cuestión.

Estos Spurs, el modelo más modesto de los últimos 16 años, sobreviven porque tienen la esencia de una franquicia con estirpe de campeón. Pareció no poder soportar la idea de recibir otro cachetazo del monarca vigente y dio el paso al frente con autoridad porque estaba en su casa.

Sentados a un costado de la cancha, Dante, Nicola y Luca, los tres uniformado­s con la camiseta 20 de los Spurs, se dieron el gusto, una vez más, de ver cómo papá Manu salía a competir como siempre. Y también cómo nuevamente el apellido Ginóbili quedaba grabado en la historia de la NBA. Es que el bahiense se convirtió el domingo en el tercer máximo anotador de tres puntos en playoffs con 322 aciertos, detrás de LeBron James (337) y de Ray Allen (385).

“Yo sé bien lo viejo que es Manu porque jugué con él y también sé qué tipo de competidor es. Quizá por eso me puso contento el último triple que convirtió”, dijo Steve Kerr, el entrenador de los Warriors.

Esta ciudad pareció convertirs­e en una porción de la Argentina, al menos, por una jornada. Es que el celeste y blanco se multiplicó por todos lados y llegaron hasta aquí, por ejemplo, desde Jujuy. Se les sumaron los propios fanáticos locales que eligieron vestirse con camisetas de la Argentina y el Ginóbili en la espalda.

Claro, la sensación de sentir que podía ser el último baile de Manu en la NBA, empujó a todos a querer rendirle, de alguna manera, un homenaje. Aun cuando en los últimos días se encargó el propio Manu de explicar que no piensa en esas cuestiones por el momento.

Estalló el AT&T Center cuando pisó por primera vez el argentino la cancha a los siete minutos del comienzo del juego. Y se trató de una expresión de cariño genuina y no tuvo sabor a despedida. Aquí parecen estar dispuestos a rendirle todo el tributo posible a uno de los hombres que les dio cuatro de los cinco anillos que tiene la franquicia. Quedó en claro que no importa si se trata del final, lo de esta gente con Ginóbili se trata de un amor que no sabe de fechas de vencimient­o.

Es tierra de Ginóbili esta cancha, donde con 16 puntos se convirtió en el primer jugador con 40 años en ingresar desde el banco en playoffs y marcar más de 10 puntos en dos oportunida­des.

“Es un gran competidor. Anota de tres puntos, de dos, defiende, hace lo que necesita su equipo. Es simplement­e genial”, dijo Kevin Durant, que quemó las redes con 34 puntos.

Si fue la última función del 20 de los Spurs en esta ciudad, es un interrogan­te que no se develará hasta dentro de un par de semanas largas, aunque si fue así, Manu Ginóbili no se llevó nada a su casa, dejó la piel aquí, así como lo hizo en los últimos 16 años.

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IMAGES /GETTY Ginóbili abandona el domingo la cancha del AT&T Center tal vez por última vez.

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