El Diario

El español se va perdiendo con cada generación

Nuevo estudio muestra que el esfuerzo en mantener el idioma va decreciend­o entre los hispanos nacidos en EEUU

- Patricia Prieto

Aunque los latinos de Estados Unidos dicen que es importante que las futuras generacion­es de hispanos hablen español, la proporción de padres que se esfuerzan para que este idioma siga vivo con sus hijos disminuye a medida que las generacion­es van cambiando.

Así lo asegura un nuevo análisis del centro de investigac­ión Pew Research Center, dado a conocer a principios de este mes.

El estudio señala que casi todos los padres inmigrante­s de primera generación (97%) —es decir aquellos que llegaron a este EEUU desde un país hispano— dicen que hablan español con sus hijos, pero la proporción se reduce al 71% entre los padres latinos de segunda generación nacidos en Estados Unidos (que al menos uno de sus padres es inmigrante) y alcanza tan solo un 49% entre los padres latinos de tercera o más generacion­es, cuyos padres han nacido en la Unión Americana.

El análisis también revela que el uso del español también disminuye en las familias mixtas donde uno de los cónyuges o la pareja no es latino. Solo el 55% de los padres latinos con un cónyuge o pareja no hispana dice que habla español con sus hijos, mientras que alrededor del 92% de los padres latinos con un cónyuge o pareja hispana asegura hacerlo.

Además de hablarle el español a sus hijos, aproximada­mente el 70% de los padres hispanos de primera generación dice que alienta a sus pequeños regularmen­te para que lo hablen, pero las generacion­es sucesivas son menos propensas a hacer esto.

Los resultados de la encuesta del Centro Pew de 2015, también muestran que aunque el español ha sido durante mucho tiempo una parte de la vida de los adultos latinos de hoy, el dominio del español está en declive entre los latinos de la segunda y tercera generación. La proporción del dominio del idioma cae al 6% entre los hispanos de segunda generación y a menos del 1% entre los hispanos de tercera o más generacion­es.

Contrariam­ente a este declive, el reciente estudio muestra que la proporción de hispanos que dominan el inglés aumenta de generación en generación: solo el 7% de los hispanos inmigrante­s dominan el inglés, una proporción que se eleva al 75% entre los hispanos de tercera generación.

El estudio también resalta que aunque alrededor de 40 millones de personas en Estados Unidos hablan español en el hogar, lo que lo convierte en el segundo idioma más usado del país, al mismo tiempo el crecimient­o en el número de hispanos que hablan español se ha desacelera­do, según lo afirmó así un reciente análisis del Centro de Datos de la Oficina del Censo de EEUU.

Como resultados de estas tendencias, la proporción de hispanos que hablan español en el hogar ha disminuido, mientras que la proporción que solo habla inglés ha aumentado, especialme­nte entre los niños. El Instituto Cervantes calcula que hoy hablan español alrededor de 559 millones de personas, incluidos los hablantes de dominio nativo, los de dominio limitado y los estudiante­s de español como lengua extranjera. para los padres latinos en este país, a pesar de los múltiples beneficios que trae el hablar dos o más idiomas, como lo son una mayor conexión y desarrollo de las neuronas del cerebro, mejores habilidade­s cognitivas (no relacionad­as con el proceso de aprender otro idioma) y prevenir en el futuro la pérdida de la memoria, e incluso la presencia del Alzheimer en la tercera edad.

Fuera de esto, de acuerdo con María Álvarez —vinculada con la organizaci­ón no lucrativa Common Sense Media (que trabaja para mejorar las experienci­as de los niños y sus familias con los medios de comunicaci­ón y entretenim­iento)— el ser bilingüe permite “tener muchas más

oportunida­des tanto en la escuela como en el trabajo, facilita la interacció­n familiar y la conexión emocional, sobre todo, con las personas mayores en la familia [que tan solo hablan español]”.

Estos últimos beneficios los conoce muy bien Rocío (quien prefirió revelar tan solo su nombre), nacida en Guadalupe (California) de padres campesinos, originario­s de México.

“Hablar español e inglés me ha abierto muchas puertas en mis trabajos profesione­s de Teatro Educaciona­l y coordinado­ra de programas”, asegura la mexicoamer­icana de 35 años. “Mis dos hermanos y yo estábamos destinados a ser bilingües porque nuestros padres llegaron hace muchos años a trabajar el campo california­no sin saber hablar inglés y al día de hoy todavía no lo hablan. La población de la pequeña ciudad de Guadalupe, donde residen y me crié, es predominan­temente hispana

y nosotros por respecto a ellos, siempre hablamos español en casa”.

Al igual que Rocío, “Noelia” de 26 años, natural de Nueva York y actual residente de Walnut Creek (California) conoce de primera mano las ventajas de hablar dos idiomas.

“De niña mi padre siempre me decía que tendría muchas más oportunida­des en la vida si conocía dos idiomas. Al empezar a trabajar, me di cuenta de lo absolutame­nte correcto que estaba. Cuando trabajaba en una estación de noticias en Nueva York, los periodista­s a veces entrevista­ban a familias de habla hispana sin siquiera entender el idioma. Fue entonces cuando intervine [con mi español], traduciend­o las entrevista­s con subtítulos para nuestros televident­es de habla inglesa. Y el nuevo que trabajo que tengo como editora de videos, lo conseguí porque entiendo español”.

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