Muerte asistida no es lo mismo que eutanasia
Quizás, aparte del aborto y la marihuana medicinal, no existe otro tema médico y de salud más polémico y controversial que el de la muerte asistida.
Esto quedó muy claro ayer, durante la primera audiencia pública que se realiza en la ciudad de Nueva York sobre una legislación estatal que, de ser aprobada, permitiría a enfermos terminales –que sean adultos mentalmente competentes–, la opción de solicitar ayuda médica para morir.
Durante la audiencia, organizada por el Comité de Salud de la Asamblea Estatal de Nueva York, que tiene en sus manos la responsabilidad de aprobar el anteproyecto antes de que pase al pleno de la Asamblea Estatal, los neoyorquinos tuvieron la oportunidad de escuchar los diferentes puntos de vista y argumentos de medio centenar de personas que expusieron su apoyo o rechazo a la legislación.
Tal como lo plantea el proyecto de ley A-2383-A, conocido como ‘Medical Aid in Dying Act’ (Ayuda Médica para Morir), que fue patrocinado por la asambleísta Amy Pullin (D-Westchester), los neoyorquinos adultos con enfermedades mortales –como los que tiene cáncer en estado terminal–, y que estén en pleno juicio, tendrían la opción de solicitar a un doctor una prescripción para un medicamento que puedan tomar por sí mismo y que les permita morir pacíficamente mientras duermen, si su sufrimiento y dolor se vuelven insoportables.
Mientras que los que se oponen a la ley la califican Aunque buscan el mismo objetivo, lograr la muerte de un paciente desahuciado, son dos prácticas diferentes.
En la muerte asistida, el médico provee al paciente de la información y medicación necesaria para que el mismo paciente terminal se quite la vida cuándo y dónde él quiera.
En la eutanasia, es el propio médico el que inyecta la dosis letal que acabará con la vida del paciente.
como un “suicidio asistido”, los que la apoyan se refieren a la misma como una “opción compasiva”. Pero lo cierto es que el asunto despierta grandes y acaloradas pasiones en ambas partes y eso quedó plasmado en la audiencia pública realizada ayer en Manhattan, a la que le precedió una llevada a cabo en Albany el pasado 23 de abril.
Entre los que se acercaron a exponer su punto de vista se encontraban pacientes, familiares de personas fallecidas, doctores, enfermeros, cuidadores de salud, abogados, expertos en ética médica, líderes religiosos, activistas comunitarios y representantes de organizaciones sin fines de lucro y no gubernamentales.
Representación latina
En la lista de casi 50 personas que comparecieron en la audiencia por más de nueve horas, el único latino –o por lo menos el único representante de una organización latina– fue Guillermo Chacón, presidente de la Comisión Latina sobre el Sida y fundador del Hispanic Health Network, quien aseguró que esta legislación cuenta con gran apoyo por parte de la comunidad hispana.
“Nosotros nos unimos a esto desde el año pasado al conocer el testimonio de Miguel Carrasquillo, un joven puertorriqueño que sufrió un cáncer en el cerebro horrible y doloroso y que luchó hasta último momento abogando para que se puedan legislar opciones aquí en Nueva York, en Puerto Rico y en todos los Estados Unidos, para aquellas personas para las cuales