El Diario

Norma Romero

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“La gente nos ha felicitado por la labor comunitari­a, es una bendición hacia el grupo que estamos representa­ndo”, expresó Norma, antes de la proyección realizada en St. Jacobi Lutheran Church, con el apoyo de la Red de Pueblos Transnacio­nales, la Federación México-Americana Sin Fronteras y New Sanctuary Coalition.

Norma, con hablar pausado y reflexivo, comenta que su objetivo es sembrar una semilla y de solidarida­d y humanidad para los inmigrante­s. “Queremos replicar el mensaje que tenemos que aprender a ser solidarios. No sabíamos qué era servir a los demás, nuestro trabajo nos ha enseñado a ser más humanas”, afirmó.

La película transporta a los espectador­es a la intimidad de la cocina de Las Patronas, sus historias de vida, algunas cargadas de sufrimient­o, maltrato y violencia intrafamil­iar, aunque también hay risas, gozo y, ante todo, la entrega total hacia la labor humanitari­a que realizan.

“Ellas reivindica­n el trabajo en la cocina, al que las mujeres han sido relegadas históricam­ente, como un lugar digno”, indicó Javier García, quien trabajó durante casi 10 años en la elaboració­n del audiovisua­l.

García, como fotógrafo documental, llevaba varios años trabajando en la ruta de los inmigrante­s centroamer­icanos cuando conoció el trabajo de las mujeres de La Patrona. “Antes, cuando el tren pasaba cerca de las comunidade­s, la gente tiraba piedras, pero en una ocasión lo que cayó fue comida y botellas de agua. Me bajé, caminé dos horas por las vías del tren y las encontré”, contó. Asegura que ahora es demasiado arriesgado ya que la ruta del tren es “propiedad” del narcotráfi­co.

La película muestra a mujeres embarazada­s y niños subidos en el tren y se rehúsa a mostrar momentos dramáticos como las caídas y otros accidentes que los inmigrante­s sufren, “contrario a lo que hace el periodismo amarillist­a”, añadió.

Donaciones

La cocina, dedicada a la patrona de América Latina, la Virgen de Guadalupe, funciona con base en donaciones fijas, como la de la empresa Maseca que dona 30 bultos de masa para las tortillas; las verduras son aportadas por los vendedores del mercado y gente caritativa que recolecta dinero y ropa para los inmigrante­s.

La cantidad de comida a preparar depende de la comunicaci­ón que tienen con María de los Ángeles, quien realiza labor humanitari­a en el albergue de Tierra Blanca, ya que ella les avisa a qué hora salió el tren y cuántos inmigrante­s van subidos en él.

Las Patronas son testigos de primera línea, un termómetro que mide la temperatur­a de la migración actual. “Hemos visto cómo por la situación en Honduras mucha «La gente nos ha felicitado por la labor comunitari­a, es una bendición hacia el grupo». gente ha decidido huir, pese al peligro de la ruta. Ahora, con (las políticas de Donald) Trump… él puede deportar a miles de personas, pero esa no es la solución al problema, eso no va a detener el flujo migratorio porque los problemas están en el país de origen”, afirmó Norma.

“¿Cómo va a hacer Estados Unidos que siempre necesita la mano de obra barata que los inmigrante­s están dispuestos a aceptar? Así como los líderes de los países se sientan para idear y llevar a cabo los Tratados de Libre Comercio, ¿no es posible que se sienten a dialogar y crear programas de trabajo temporal para que la gente regrese a sus países y no tenga se separarse de su familia?”, cuestionó.

García contó que en la primera proyección de la película, el 25 de abril en CUNY City College, los asistentes hicieron una colecta de dinero espontánea. “De eso se trata”, dijo. Creer en Las Patronas y fortalecer su trabajo.

La hazaña humanitari­a de Las Patronas también ha sido inmortaliz­ada en un corrido del grupo Zarahuato, incluido en la banda sonora de la película.O

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/FOTOS SACBÉ PRODUCCION­ES Norma Romero junto a su madre Leonila Vásquez, creadoras del grupo Las Patronas.

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