ArteLatam: artistas abrazan a EEUU con espíritu hispano
Un colectivo ayuda a nuevos talentos latinos y los conecta con el complejo mercado del arte estadounidense
El arte hispanoamericano dejó de ser una moda en los Estados Unidos, donde cada vez más museos, como el Met o el Whitney de Nueva York, abren espacios antes reservados para artistas europeos o estadounidenses.
Un grupo de Colombia, Ecuador, México y Venezuela, apoyados por la reconocida curadora argentina Graciela Kartofel, está aprovechando este nuevo escenario para los artistas hispanos y formó ArteLatam, un colectivo donde las individualidades creativas se suman para mostrar la diversidad de una región tantos años menospreciada.
Carlos Torres Machado, originario de Ecuador y uno de los fundadores, cuenta que todo comenzó cuando él y Sylvia Mata decidieron crear un programa en Internet para ayudar a artistas latinoamericanos a desarrollar sus carreras, pero se dieron cuenta que “el proyecto era mucho más grande… que el mercado de arte latinoamericano en EEUU estaba creciendo y decidimos ampliar nuestro plan”.
Al poco tiempo se sumaron el ecuatoriano Pablo Caviedes, el venezolano Hernnan Mejía, la colombiana Sandra Mack Valencia y el mexicano Diego Anaya, todos con intereses distintos de expresión, pero con el mismo amor al arte. Ellos producen su obra individualmente, pero a través de ArteLatam crea redes que permiten exhibir y vender su trabajo, como lo hicieron en una exposición en el edificio de MetLife en Manhattan, a donde acudieron cónsules, embajadores, otros artistas, expertos en arte y público en general.
“Nuestro objetivo es hacer que la gente entienda más el arte latinoamericano y lo consuma más… las corporaciones están buscando llegar más a las audiencias, como MetLife, que quiere acercarse más a la comunidad latinoamericana y lo hace más visualmente”, expone Torres Machado en entrevista en su estudio en Brooklyn.
El asistente a esa muestra pudo ver obra del mexicano Anaya –discípulo del reconocido Guillermo Canseco–, donde muestra la relación con el color negro y en lo que deriva sobre un lienzo; el trabajo crítico de Caviedes sobre el individualismo estadounidense y la dependencia hacia lo material; la “añoranza disfrazada” de Mejía por la cultura popular venezolana; las líneas de la perfección de Torres Machado y el discurso, quizá sin quererlo, de “realismo mágico” de la colombiana Mack valencia.
Ser artista en Estados Unidos no es fácil, hay oportunidades, pero también aguerrida competencia que obliga a innovar y promover lo creado. “Una sola persona es muy difícil, pero en grupo es más sencillo”, reconoce la colombiana, a quien le gusta “contar historias a través de su obra”, mucha de la cual tiene guiños a su tierra natal.
El grupo opera desde Nueva York, pero labora en todo el país y tienen planes para Florida y California, dos de los mercados de mayor crecimiento en el país.
“Hay que salir adelante y traer a otros artistas”, apunta Mack Valencia, quien lleva casi 20 años en esta nación,
pero mantiene parte de su espíritu en Colombia. Mejía reconoce que tener lo mismo, a pesar de que su vida, su hijo, están aquí.
“Tengo muchos amigos artistas que es importante investigar sobre sus raíces, pero para mí es mucho más importante, cómo esas raíces se han transformado... o sea, en el fondo, pasados 100 años, ¿cuáles van a se las raíces de esas generaciones?”, se pregunta. Él mismo es ejemplo de esa transformación con un fondo innegablemente venezolano, “mis ojos en la realidad en la que crecí”, expresó.
Todos preparan obra nueva en papel que se dará a conocer en el Microsoft Technology Center, en Times Square, el 31 de mayo.