Ausencia de lucha contra corrupción parece estancarse
La oposición acusa al Gobierno por la falta de diálogo
El diálogo para superar la crisis en Honduras surgida por el presunto fraude en las elecciones generales del 26 de noviembre todavía no se ha instalado, mientras que la lucha contra la corrupción con el respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA) pareciera que se ha estancado.
Por ambas cosas se han pronunciado diversos sectores, mientras continúa un lento prediálogo para resolver la crisis política y social derivada del presunto fraude electoral que aduce la oposición, que no reconoce al presidente Juan Orlando Hernández, a quien acusa de haberse reelegido fraudulentamente.
El prediálogo se inició el 12 de marzo bajo la moderación del coordinador permanente de la ONU en Honduras, Igor Garafulic.
La mesa técnica del prediálogo se instaló con representantes de partidos políticos y el gobierno, pero con la ausencia de los principales líderes de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla y el expresidente Manuel Zelaya.
Nasralla, candidato presidencial en las elecciones de 2017 como líder de la Alianza de Oposición integrada por los partidos Libertad y Refundación (LIBRE), que lidera Zelaya, y el Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU-SD), tiene representantes en la mesa.
Zelaya, quien tiene marcadas diferencias con Nasralla, reiteró el viernes que LIBRE no participará en el proceso porque en el gobierno no hay voluntad de diálogo, y que continuarán las protestas convocadas por su partido.
A la crisis se sumó la renuncia del vocero de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad (Maccih), Juan Jiménez, que depende de la OEA, aduciendo que no tuvo el respaldo del secretario general, Luis Almagro.
El hecho de que el sucesor de Jiménez no haya sido nombrado todavía, aunque ya hubo un fallido intento por parte de Almagro, es visto por algunos sectores como una jugada de personajes implicados en actos de corrupción, algunos desde el interior del Parlamento, que buscan que desaparezca la Maccih.
La Conferencia Episcopal de Honduras se volvió a manifestar esta semana sobre la actual situación, señalando en un comunicado que después de seis meses de las elecciones de noviembre “no debemos caer en el error de pensar que el país ha entrado en una etapa de normalidad o tranquilidad y que la crisis ha sido superada”.
“Por el contrario, la insatisfacción sobre las condiciones de vida de los ciudadanos aumenta día a día y la credibilidad y confianza en las instituciones y en los principales actores de la vida política disminuye cada día más, sin que, aparentemente, a los líderes políticos les preocupe en lo más mínimo”, dijo.
Frente a la “incapacidad de la clase política para dialogar entre sí”, los obispos señalaron que se vuelve urgente impulsar otros espacios con la sociedad como principal protagonista: el plebiscito, el referéndum y las consultas ciudadanas.
Sobre la Maccih, que muchos sectores aseguran ha sido debilitada desde el mismo Estado, la Conferencia Episcopal reiteró que acompaña toda iniciativa ciudadana de lucha contra la corrupción.
El analista Víctor Meza considera que son muchos los hondureños que tienen “la triste impresión, de que el país, en lugar de progresar, retrocede”, con medidas
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