Documental revela “heroísmo” de atrapados en guerra de “maras”
La investigación busca contrarrestar la retórica de “bad hombres” y trasfondo racista de la política migratoria actual
Bajo peligro de muerte a manos de pandillas rivales, voluntarios de la unidad de urgencias “Los Comandos de Salvamento” recorren las barriadas de El Salvador rescatando a víctimas de la violencia, y el “heroísmo” de su labor humanitaria es protagonista de un documental mostrado en Washington.
El documental d titulado “Los Comandos” y dirigido por Joshua Bennett y Juliana Schatz-Preston, busca despertar conciencia ante la opinión pública y la clase política en Washington, que a partir de la próxima semana definirá el rumbo de la política migratoria de EEUU.
Pese a la represión de la Administración Trump contra la población indocumentada, miles de salvadoreños continúan su éxodo hacia EEUU –pagando a contrabandistas hasta $10,000 por el trayectoporque, según narra la madre de “Mimi” en el documental, “el país está muy peligroso para la juventud”.
El documental describe con gráficas imágenes el “reino del terror” de dos pandillas rivales, la “MS-13” y “Barrio 18”, y cómo “Los Comandos” se han convertido en una especie de refugio y “familia” para los jóvenes voluntarios.
En camionetas y ambulancias donadas, los paramédicos y demás rvoluntarios, enfundados en uniformes amarillos, recorren las calles rescatando a víctimas de balaceras o apuñalamientos.
Con apenas 16 años, “Mimi” ya ha tenido que madurar deprisa, enfrentando el dilema de miles de jóvenes: quedarse y arriesgar la muerte a manos de las pandillas, o emigrar a EEUU y afrontar allí el riesgo de la persecución y posible deportación si son detenidos por la Patrulla Fronteriza.
Al sufrir su propia “baja” con el asesinato de Erick Beltrán, de apenas 12 años, los voluntarios reafirman su compromiso con las víctimas, a sabiendas de que están en la mira de las pandillas. Al final, pese a su miedo, “Mimi” decide quedarse y continuar sus labores en “Los Comandos”.
En entrevista exclusiva con este diario, Bennett y Schatz-Preston explicaron que su propósito es poner un rostro humano a la violencia en El Salvador, como uno de los elementos que impulsan la emigración ilegal hacia el Norte.
“Salir del país en realidad es la última opción de la gente”, explicó Schatz-Preston, quien señaló que muchos no son “migrantes económicos”, como alega el gobierno de EEUU, sino “gente desplazada a la fuerza, y sin opciones”.
Bennett, al frente de la empresa “Show of Force”, señaló que la retórica anti-inmigrante omite una parte de la verdad sobre la violencia que sacude al territorio salvadoreño: las pandillas se crearon en ciudades como Los Angeles en las décadas de 1980 y 1990, y su deportación trasladó su violencia a El Salvador.l