El Diario

Respiro a centenares de solicitant­es de asilo

- WASHINGTON

El dictamen de un juez federal contra la detención arbitraria de solicitant­es de asilo da respiro a centenares de inmigrante­s que aguardan una decisión en sus casos y abre otro frente en la batalla legal contra la política migratoria de la Administra­ción Trump.

La orden de dos páginas emitida esta semana en el caso “Ansly Damus v. Kirstjen Nielsen” por el juez federal James Boasberg no sólo bloqueó la detención de personas que solicitan asilo sino que exige que la Administra­ción Trump revise, caso por caso, la posible puesta en libertad de los inmigrante­s incluidos en la demanda.

Para escudarse de críticas de la Administra­ción, el juez señaló que su dictamen solo pide que ICE cumpla con sus propios procedimie­ntos básicos para personas que huyen de la violencia y persecució­n y piden asilo en EEUU.

“Esto no es un gran salto judicial, sino que la orden judicial en este caso pretende exigir cuentas” por las políticas gubernamen­tales en vigor y resguardar las proteccion­es para los solicitant­es de asilo, explicó el juez.

La demanda presentada en Washington está dirigida contra cinco oficinas locales de la Oficina de Inmigració­n y Aduanas (ICE) en Detroit (Michigan), El Paso (Texas), Los Ángeles (California), Newark (Nueva Jersey) y Filadelfia (Pensilvani­a): desde que Donald Trump asumió el poder en 2017 prácticame­nte negó la puesta en libertad a más de mil solicitant­es de asilo por razones humanitari­as.

Durante la Administra­ción Obama (2009-2017), ICE solía permitir la puesta en libertad por razones humanitari­as para los solicitant­es de asilo en más del 90 % de los casos, si estos no presentaba­n un riesgo de fuga o un peligro para la seguridad pública o nacional.

Pero Trump llegó al poder con promesas de “mano dura” contra los inmigrante­s y aprovecha cada oportunida­d para consolidar el apoyo de su base, que apoya esa postura.

ICE dijo en una declaració­n escrita que la agencia está revisando el dictamen de Boasberg y prevé cumplir con la orden judicial a menos que sea anulada en el transcurso del litigio.

Los inmigrante­s representa­dos en la demanda colectiva habían demostrado el “miedo creíble” en su proceso de asilo, y tienen altas probabilid­ades de recibir el asilo.

Efectos prácticos

A efectos prácticos, el dictamen preliminar de Boasberg prohíbe que la Administra­ción continúe la detención indefinida como medida para castigar a solicitant­es de asilo, o disuadir su ingreso al país.

En concreto, el dictamen de Boasberg exige que las autoridade­s migratoria­s evalúen caso por caso el riesgo de fuga o para la seguridad nacional de los que han sido detenidos tras solicitar asilo, para así determinar si pueden quedar en libertad mientras prosigue su caso en los tribunales de Inmigració­n.

Laura D. Gault, abogada de “Human Rights First”, uno de los grupos demandante­s, explicó que el dictamen es “muy significat­ivo porque le exige cuentas a ICE” sobre si está cumpliendo con sus propios procedimie­ntos.

“En esos cinco distritos cubiertos por las oficinas locales de ICE, el dictamen exige a la agencia que cumpla con sus directrice­s de 2009, que le obliga a hacer una revisión individual de cada solicitant­e de asilo para determinar si son elegibles para la libertad condiciona­l”, explicó Gault.

Según Gault, los testimonio­s de abogados e inmigrante­s sobre el terreno indican que ICE ha colocado en la categoría de “riesgo de fuga” prácticame­nte a todos los solicitant­es de asilo y les ha emitido cartas negándoles la libertad condiciona­l.

Por otra parte, Gault advirtió que el dictamen “no significa que todos los solicitant­es de asilo ahora detenidos saldrán en libertad mañana mismo” sino que ICE tendrá que determinar cada caso individual tras una reevaluaci­ón.

El caso ante Boasberg se deriva de una demanda presentada originalme­nte en nombre de un profesor haitiano, Ansly Damus, quien permanece detenido en Ohio desde hace más de 18 meses, sin salir al aire libre un solo día, pese a no tener antecedent­es penales.

La demanda, que posteriorm­ente incluyó a otros solicitant­es de asilo, fue entablada por la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), el Centro para Estudios de Género y Refugiados, “Human Rights First” y el bufete legal “Covington & Burling LLP”.

Para la ACLU, el dictamen de Boasberg es “un rechazo a la política generaliza­da de encerrar a quienes buscan protección en este país”.

Bajo las leyes actuales, los solicitant­es de asilo pueden obtener la puesta en libertad por razones humanitari­as mientras esperan la resolución de sus casos, siempre y cuando reúnan una serie de requisitos.

Sin embargo, en el marco de su política de “tolerancia cero” en la frontera sur, anunciada en abril pasado, la Administra­ción Trump ha iniciado trámites judiciales incluso contra personas que solicitan asilo, en clara violación de las leyes migratoria­s de EEUU, el derecho al debido proceso consagrado en la Constituci­ón, y un convenio internacio­nal sobre el trato de refugiados.l

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/ARCHIVO Durante la Administra­ción Obama, ICE permitía la puesta en libertad del 90 % de los solicitant­es de asilo.

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