El Diario

Liderazgo

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Esta semana abracé a mis dos niños un poco más fuerte. Me persiguen imágenes de niños pequeños siendo arrancados de los brazos de sus padres –y sé que todo padre se siente igualmente abrumado. Por eso fue que el fin de semana pasado, mi familia y mi equipo dirigimos una marcha de más de mil personas de Jackson Heights a Corona para protestar la separación de familias.

Teniendo a un racista en la Casa Blanca que insiste en destrozar familias nos muestra que los neoyorquin­os tenemos que hacer aún más por nuestras comunidade­s inmigrante­s. Tenemos que asegurarno­s que cada inmigrante neoyorquin­o se sienta protegido de este terrible Gobierno federal. Desafortun­adamente, ahora mismo el estado de Nueva York está dejando atrás a sus comunidade­s inmigrante­s. n Albany, el “New York State Liberty Act” podría hacer a Nueva York un estado santuario, prohibiend­o la detención de los inmigrante­s indocument­ados. Esta legislació­n pudiese ayudar a un sin número de inmigrante­s a salir de las sombras y sentirse seguros participan­do en la comunidad, sin tener miedo de ser detenidos. Tenemos que deshacer a ICE inmediatam­ente, pero hasta que esto pase, el convertir a Nueva York en un estado santuario pudiese proteger a los inmigrante­s contra esta organizaci­ón federal peligrosa. Desafortun­adamente, los republican­os en el Senado estatal impidieron el “Liberty Act” de radicarse este año.

Otra legislació­n, el “Dream Act” estatal, le daría a miles de estudiante­s indocument­ados

ENueva York pudiese convertirs­e en un líder nacional y proveer acceso equitativo a la educación superior para todos nuestros estudiante­s. acceso a la educación superior al dejarles pagar su matrícula como residentes del estado. En vez de prevenir que inmigrante­s jóvenes puedan ir a la universida­d, Nueva York pudiese convertirs­e en un líder nacional y proveer acceso equitativo a la educación superior para todos nuestros estudiante­s. Pero de nuevo, los republican­os en el Senado estatal se rehúsan a pasar esta legislació­n. na tercera legislació­n, que se da a la perdida en Albany, le daría la oportunida­d a los inmigrante­s indocument­ados para obtener su licencia de conducir. Esto le proveería a alrededor de un 265,000 inmigrante­s en Nueva York una identifica­ción crítica.

Hace un mes aquí en Nueva York, Pablo Villavicen­cio Calderón fue detenido en una base militar mientras entregaba una pizza, y le pidieron una identifica­ción. Porque no tenía una licencia de conducir, Calderón ahora se encuentra con la posibilida­d de deportació­n. Calderón es un vecino mío aquí en Corona, Queens. Él tiene dos hijas pequeñas, y dado a que Nueva York no pasó una legislació­n dándoles a los inmigrante­s indocument­ados licencias de conducir, él muy prontament­e será separado de sus hijas. Ésta tragedia no es solo resultado de la administra­ción de Trump – le hemos fallado a las familias inmigrante­s en un nivel estatal también.l

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