Talento en común
“Quería abrir la exhibición con una entrada monumental”, reconoce Marcela Guerrero, curadora especializada en arte latino en el Museo Whitney de Arte Americano. Y logró su cometido con el uso de letras en color terracota que enmarcan la bienvenida a “Pacha, Llaqta, Wasichay”, palabras en quechua que significan: “Mamá-Universo, Naturaleza-Pueblo y Construir una Casa”.
“Quería usar esas tres palabras para ver a estos artistas contemporáneos inspirados en arquitectura prehispánica... las palabras encapsulan los conceptos de la arquitectura, los edificios, las técnicas, todo relacionado con el cosmos”, explica la experta, quien asignó como sutítulo en español al proyecto, “Espacio indígena, arquitectura moderna, arte nuevo”.
Los artistas William Cordova, Livia Corona Benjamin, Jorge González, Guadalupe Maravilla, Claudia Peña Salinas, Ronny Quevedo y Clarissa Tossin aprovechan como base el pasado prehispánico de América Latina y lo transforman con el estilismo moderno, para empujarlo -quizá sin proponérselo- a un post-modernismo ‘sui generis’, donde los colores vibrantes del arte latinoamericano están ausentes, pero se mantienen las formas que recuerdan monumentos y pirámides y se ofrece un viaje desde la tierra hasta las constelaciones, tal como las culturas prehispánicas recreaban los escenarios donde imaginaban que vivían sus dioses: la tierra, el agua y el universo.
“Hay mucho movimiento, como puedes ver... hay referencias constantes a la inmigración,
Estos siete artistas emergentes tienen mucho en común en temáticas, pero su obra tiene diferencias marcadas tanto en materiales como el tipo de instalación: pintura, escultura, audiovisual. A cada uno se le asignó una pequeña sala que, en suma, conforman el todo, la cosmovisión de la curaduría de Guerrero.
“Es decir, hacemos un montaje con todos, pero no los quería tener a todos en el mismo espacio, por eso dividí la sala... si pudiéramos ver de arriba estos muros simulan una cruz, pero sacada de su eje”, explica Guerrero, quien