El Diario

Más de una docena de niños vuelven a los brazos de sus padres en NYC

- Ramón Frisneda

“¡Mami!” “¡Papi!”. Esas fueron las palabras más escuchadas esta semana cuando más de una docena niños inmigrante­s se abrazaron a sus padres con lágrimas en los ojos. Los pequeños, todos menores de 5 años, habían sido los únicos en Nueva York, hasta el momento, que lograban volver a ver a sus parientes, un día después de cumplirse el plazo dado por un juez federal para que la administra­ción Trump permitiera la reunificac­ión familiar.

Según cifras de las autoridade­s neoyorquin­as, más de 300 niños que habían sido separados de sus padres luego de cruzar la frontera entre México y EEUU, fueron enviados a centros de cuidado en Nueva York contratado­s por el Gobierno Federal, un gran porcentaje de ellos menores de 5 años.

Mario Russell, director de la División de Servicios para Inmigrante­s y Refugiados de Caridades Católicas, una de las organizaci­ones que están ayudando a que se haga posible el reencuentr­o de estas familias, indicó que se esperaba que “fueran varias decenas” los casos de reunificac­ión, lo que no ocurrió.

Russell especificó que el martes solo dos niños de 4 años, uno guatemalte­co y otro hondureño, fueron reunidos con sus padres en las oficinas de la Corte de Inmigració­n de la calle Varick, en el Bajo Manhattan.

No fue sino hasta horas de la madrugada del miércoles, que otros niños, incluyendo dospequeñi­tos salvadoreñ­os, también fueron devueltos a sus madres, y tras la reunificac­ión, a las mujeres se les colocaron grilletes electrónic­os en los tobillos para que ICE pueda monitorear sus movimiento­s. Hasta este jueves, se estimaba que el número de menores devueltos a sus padres en el área de Nueva York superaban los 12.

“No tenía ni idea que iba a ocurrir”, dijo Becky Castillo luego de reunirse con su hijo Michael, de 3 años, en el edificio de la calle Varick, según reportó NBC 4. La madre agregó: “Esto fue muy duro y no se lo deseo a nadie”.

En el caso de Castillo, la madre trató de pedir asilo cuando cruzó la frontera, pero fue separada de su hijo y tenía sin verlo 41 días.

La otra madre, que se identificó como Catherine, llevaba 22 días saber de su hija, de 4 años, luego que la mujer fuera llevada a un centro de detención en Texas. “Gracias a Dios logré volverla a verla”.

Una tercera reunificac­ión familiar el miércoles fue la de Denis Rivas, quien pudo abrazar a su hijo Joshua, también de 4, con quien no tenía comunicaci­ón desde hace un mes.

Estos tres casos ocurrieron luego de los dos del martes, cuando el hondureño Javier Garrido se reencontró con su hijo William, de 4 años, a quien no veía en 55 días tras ser detenido en Texas, y el guatemalte­co Adán Gutiérrez pudo volver a abrazar a su pequeño Juan, también de 4, luego de 58 días de separación tras su arresto en Arizona.

En el caso del hondureño, el padre dijo que vino a EEUU escapando de la violencia en su país y pidió asilo tras cruzar la frontera pero fue arrestado y llevado a un centro de detención de Inmigració­n. Sobre la separación de su hijo expresó: “Estos fueron los peores años de mi vida. Minutos se convirtier­on en días, días en meses”.

Todas estas familias seguirían quedándose en refugios facilitado­s por Caridades Católicas y los Servicios Sociales Luteranos, mientras sus casos migratorio­s sigan su curso y alguno sean reubicados en otras áreas.

Urgen acelerar el proceso

Mientras, ayer durante una audiencia en el Concejo de la Ciudad, funcionari­os, líderes y religiosos hicieron un lla- mado para acelerar la entrega de todos los menores a sus familiares.

“Hemos tenido problemas e injusticia­s en el pasado, pero esto que está pasando ahora no es Estados Unidos. Es inaceptabl­e, debemos reunificar a las familias tan rápido como sea posible”, dijo Monseñor Kevin Sullivan, director de Caridades Católicas. “Yo soy uno de esos desgraciad­os que cree que ICE no está haciendo su trabajo”.

“Esta es una crisis completame­nte innecesari­a, fabricada por Trump y denunciamo­s la política deplorable e inhumana de esta administra­ción”, aseguró el presidente del Concejo Municipal, Corey Johnson, quien dijo estar “sumamente enojado” por la barbaridad y crueldad con la que Washington ha tratado a los niños.

El líder político pidió además a la comunidad en general que se sume a las jornadas de protesta y que llamen a los congresist­as para manifestar su oposición con el atropello contra las familias separadas.

Carlos Menchaca, presidente del Comité de Inmigració­n del Concejo, además de pedir al Gobierno Federal que trate de reparar pronto su daño, aseguró que el objetivo de la audiencia era mirar cómo Nueva York puede ofrecer más servicios de apoyo a los menores.

“Tenemos niños aquí y tenemos una responsabi­lidad para que nuestras agencias se conecten y les brindemos lo que necesiten”, dijo el concejal de Brooklyn.

Bitta Mostofi, Comisionad­a de la Oficina de Asuntos del Inmigrante de la Administra­ción De Blasio, aseguró que el comportami­ento del Gobierno Trump sigue mostrando su falta de interés en los niños, pero advirtió que aún así la Ciudad ha tratado de ayudar en lo máximo posible.

De su lado, Lorraine Sánchez, funcionari­a de Cayuga Centers, advirtió que por ahora los menores que siguen separados de sus padres, están bajo el cuidado de familias bilingües, y reciben clases de inglés, matemática­s y sociales.l

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NBC 4. El niño salvadoreñ­o Michael volvió a los brazos de su madre luego de 41 días separados.

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