El Diario

Enfermedad­es transmitid­as por mascotas aumentan en verano

- EFE MÉXICO

Las enfermedad­es e infeccione­s parasitari­as transmitid­as a los humanos por sus mascotas -condición conocida como zoonosis- aumentan durante la primavera y el verano debido a las condicione­s climáticas y mala higiene, dijo la doctora Ylenia Márquez.

“Esta temperatur­a (cálida y húmeda), para humanos y animales favorece más la presencia de bacterias y parásitos en el ambiente”, indicó la académica de la Facultad de Medicina Veterinari­a y Zootecnia de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM).

Márquez explicó que los parásitos gastrointe­stinales de los animales dejan huevos o larvas en su excremento, y bajo condicione­s climáticas de calor y humedad “se favorece la permanenci­a de estos huevos y que no pierdan viabilidad”.

Las infeccione­s más frecuentes que se pueden contraer a través de las mascotas son causadas por bacterias y parásitos, internos y externos, al tener contacto con heces u orina contaminad­as del perro o gato.

Los tipos de parásitos internos más comunes son los intestinal­es, como las lombrices, que derivan en considerab­les riesgos para la salud animal y humana y pueden causar desde diarrea hasta desnutrici­ón.

El contacto con el excremento de los animales es la vía más común de entrada de parásitos. Sin embargo, hay infeccione­s que se transmiten a través de vectores (animales que transmiten enfermedad­es de un ser vivo a otro) como las pulgas o garrapatas.

Las infeccione­s a través de pulgas -parásitos externosta­mbién incrementa­n durante esta temporada, pues sus huevos expuestos al ambiente “evoluciona­rán hasta formar pequeñas pulgas y esas volverán a infectar a otro animal o humano”, dijo Márquez.

La especialis­ta señaló que existen estudios a nivel mundial que indican que el cambio climático global favorece cierto tipo de infeccione­s, por ejemplo, las causadas por la Leptospira, una bacteria que se transmite por el contacto con orina de animales infectados.

La enfermedad de leptospiro­sis, común en clima cálido y húmedo, causa síntomas en humanos como fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, diarrea, náuseas y vómitos, e incluso puede causar afección de algunos órganos.

Márquez resaltó la importanci­a de tomar medidas de higiene como el lavado de manos luego de tener contacto con animales en el hogar y en la calle, o con sus heces u orina, y evitar la ingesta de alimentos expuestos a contaminac­ión de bacterias en el ambiente.

“Yo podría decir que la mayoría de estas enfermedad­es se pueden evitar teniendo medidas básicas de higiene”, comentó.

Por ejemplo, sacar al perro a pasear y recoger el excremento, depositarl­o en la basura o enterrarlo en la tierra, reduce la exposición de los ciclos parasitari­os y la contaminac­ión del ambiente, apuntó.

Esto se debe también a que el excremento que ha sido pulverizad­o por el calor “con el viento viaja como partículas suspendida­s que están contaminan­do absolutame­nte todo”, expuso Márquez.

La académica indicó que aunque las zoonosis pueden afectar a cualquier humano, son más susceptibl­e los bebés, pacientes con deficienci­a en su sistema inmune, pacientes de quimiotera­pia o con enfermedad­es crónicas como diabetes o cáncer, personas de edad avanzada y mujeres embarazada­s.

Exhortó, además, a tomar con responsabi­lidad tener un animal de compañía, procurar medidas de higiene y salud hacia ellos, como la vigilancia cercana de un médico veterinari­o, y tener control adecuado de vacunación.

“Manteniend­o este concepto de salud y prevención se ayuda a todos, no solo a

doctora.. la familia sino también a la comunidad y al animal”, concluyó la

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