Léase antes de usar
Tener como hábito el uso de contenedores de plástico puede dañar la salud. Así lo enfatiza Julio Serrano, bioquímico especializado en alimentos e investigador titular de la licenciatura en Químico Farmacéutico Biólogo, en la Universidad de Guadalajara.
Serrano sentencia que cáncer, desórdenes hormonales y cardiovasculares son algunos de los padecimientos desencadenados por ese constante contacto con los derivados del petróleo.
Usar a largo plazo contenedores plásticos perjudica la salud debido a la presencia de sustancias químicas. Por ejemplo, el bisfenol A (BPA), empleado como recubrimiento en latas para bebidas, ha sido implicado en diversas patologías cardiacas y vasculares, de la reproducción sexual y cáncer de próstata y mama.
Existen siete tipos de plásticos empleados en la industria alimentaria, de los cuales el polietileno tereftalato (PET), cloruro de polivinilo (PVC), poliestireno y policarbonato, con el que se hacen biberones y botellas reutilizables, pueden liberar BPA, trióxido de antimonio, ftalato, dioxina, cadmio y otros compuestos tóxicos que con tan sólo tocar el contenido que resguardan, lo contaminan.
Con PET se fabrican botellas de agua desechables y contenedores de aderezos para ensalada, enjuague bucal y jugos. La botellas pueden tener trióxido de antimonio, un posible carcinógeno que podría migrar al alimento por estar en contacto. Mientras más tiempo esté la bebida en el recipiente, la probabilidad de migración aumenta.
Antes de entrar en pánico es importante saber que tres variantes de plástico, el polietileno de alta y baja densidad, y el polipropileno, que alojan al yogur, medicamentos, ketchup, leche y otros productos, se consideran seguros, pues señala Serrano no se ha comprobado que sean perjudiciales para el organismo.
La recomendación para disminuir el contacto con los polímeros que hacen mal a la salud, es optar por envases de vidrio o metal.
Y para revertir el daño se recomienda consumir frutas y verduras con fenólicos, antioxidantes y enzimas que ayudan al metabolismo a desintoxicar el organismo, presentes en la cebolla, té, vino tinto, cacao, aceite de oliva virgen y otros productos de origen vegetal.
“Otra alternativa viable es el consumo de bacterias ácido lácticas, las cuales son consideradas como probióticos. Éstas pueden reducir la biodisponibilidad, es decir, la absorción a nivel intestinal de sustancias tóxicas, reduciendo así sus posibles efectos nocivos en el organismo”, concluye el investigador. Aunque es más fácil y rápido sólo abrir un empaque e ingerir su contenido, poner atención a los ingredientes de los alimentos procesados antes de llevarlos a la boca puede evitar repercusiones en el sistema inmunológico y digestivo, advierte la nutrióloga Roxana Dromundo.
“Así como con los contratos, hay que leer las letras chiquitas de las tablas nutrimentales porque hay productos que pueden desencadenar una reacción negativa en el cuerpo. Por ejemplo, si alguien con problemas de presión arterial no lee que el artículo es alto en sodio, le provocará presión alta”, ejemplifica la experta.
Bebidas azucaradas, frituras y panes son los alimentos empaquetados más recurrentes en la dieta, indica Dromundo, en los cuales es común encontrar sustancias químicas dañinas para el sistema, pero que permiten la conservación de los artículos por largos periodos.
“La fenilalanina está presente de forma natural en productos cárnicos, el problema es cuando es sintética, manipulada en laboratorio, debido a la biodisponibilidad del cuerpo que genéticamente no sabe qué hacer con esos compuestos. Hay alimentos biocompatibles con el ser humano y otros no, los incompatibles generalmente son de origen químico y van intoxicando.
“Hay que poner atención a los colorantes y saborizantes, no confundir con extractos, porque pueden generar intolerancia, no se pueden digerir bien e inflaman el estómago”, dice. “Otro compuesto muy utilizado es el glutamato de sodio, una sal que conserva los alimentos, maximiza los sabores y hace que queramos seguir comiendo” ahonda la especialista en coaching nutricional.
Cuando sientas la necesidad de comer algún producto procesado súplelo por una alternativa natural, si por la mente pasa beber refresco mejor prepara agua con frutas en casa, sugiere la , además de implementar hábitos saludables como evitar la frecuente ingesta para permitir la desintoxicación natural del cuerpo./Reforma