Tratamiento de adictos con fármaco especial llega a Staten Island
Como parte del plan HealingNYC para luchar contra la adicción de drogas, el Departamento de Salud de la Ciudad anunció ayer la expansión del tratamiento con buperonorphine a Staten Island, convirtiéndose así en el cuarto Programa de Intercambio de Jeringuillas (SEP) en toda la ciudad donde estará disponible el fármaco narcótico usado para aliviar el dolor y muy común en el tratamiento de adicciones.
El uso de buprenorphine es el tratamiento más efectivo para un adicto a opioides como la heroína o la metadona. Además, el fármaco contribuye a disminuir el riesgo de sobredosis.
Los SEP sirven a más de 4,200 neoyorquinos que usan droga cada año. Con el uso de esta medicina, el tratamiento de adicciones se hace más accesible y efectivo. En 2017, más de 14,000 neoyorquinos fueron tratados de sus adicciones con este fármaco.
“El Programa Iambio de Jeringuillas es crucial para los adictos porque les ofrece un espacio seguro para conocerse, aprender sobre los servicios gratuitos que pueden recibir y obtener jeringuillas esterilizadas para evitar el contagio de VIH o hepatitis C“, afirmó la doctora Maty T. Bassett, comisionada de Salud.
Una muerte cada 7 horas Un dato revelador que preocupa a las autoridades es que en la ciudad de Nueva York muere una persona cada 7 horas por sobredosis. El año pasado hubo 1,441 muertes relacionados con drogas en la Gran Manzana, y los opioides estuvieron en el 80% de esas muertes, lo que demuestra que es uno de los tipos de droga más letal.
Y entre todos ellos, uno de los más peligros continúa siendo el fentanyl, un opioide sintético, extremadamente potente, que ha inundado rápidamente el mercado de drogas ilícitas en las calles del país y que ha creado una crisis de salud pública sin precedentes.
El repunte en la adicción a la heroína y otros opioides de los últimos años tanto a nivel nacional como en Nueva York constituye una de las principales preocupaciones de salud pública. Especialmente entre la comunidad latina porque, aunque el número total de víctimas mortales sigue siendo más alto para los blancos no hispanos, es cada vez más común en los latinos y los negros no hispanos.l