El Diario

Un negocio del que aprender

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Castelló, que cambiaba frecuentem­ente de casa e incluso de país por el trabajo de su padre, volvió a Nueva York en 2013 poco después de acabar sus estudios y se empleó en varios trabajos lavando platos, en la cocina, y como mesero. “Era un buen mesero pero no me tuve la oportunida­d de ser gerente o manager”, explica.

Él lo que realmente quería era poner un negocio y estuvo buscando posibilida­des en los barrios vecinos de Brooklyn pero los alquileres ya eran muy altos en este condado y un amigo le presentó al que hoy es su casero. Este, que dispone de varios locales en la zona, llegó a un acuerdo con Castelló para acondicion­ar el local. “Queríamos crear un cierto feeling”, dice.

Para ponerse en marcha, Castelló usó los recursos que la ciudad de Nueva York pone a disposició­n de los emprendedo­res a través del Small Business Services como los abogados para ayudar con los alquileres.

Estos servicios le han ayudado también con otros aspectos del negocio y que son de gestión general.

Las obras empezaron a finales de 2015 y el pero todo toma su tiempo y remodelar un local y lograr todos los permisos no permitiero­n la apertura hasta el pasado mayo. Él siguió trabajando como mesero en el restaurant­e, en el que dice que le apoyaron mucho, hasta apenas una semana antes de abrir su propio local.

Castelló ha invertido unos $120,000. Primero hizo una campaña de captación de fondos en Kickstarte­r con la que recaudó $4,000 iniciales. Los demás son préstamos personales y también usa tarjetas de crédito. “Con 0% APR”, aclara, consciente de que estos son los préstamos que más caros pueden costar.

Sabe que las tasas de interés están subiendo y reconoce una sensación por ello de “cierto vértigo”. “Me dan oleadas de ansiedad pero se equilibran porque vamos a mejor, los fines de semana nos va muy bien”. A un negocio nuevo como el suyo la banca tradiciona­l no suele ofrecer préstamos.

Pero Castelló confía en que la calidad y el buen servicio, además de la apertura de otros negocios animen más el barrio para seguir creciendo. Él se ha mudado cerca y tiene el alquiler de su café garantizad­o durante cinco años que se pueden extender cinco años más.

Cuándo se le pregunta por el futuro dice que la prioridad es el Café Esencia, que vaya bien. Si es posible abrir otro ya se verá. Pero realmente está centrado en lo más inmediato, que cada día sea mejor. Paso a paso

“Dicen que si lo haces bien aquí puedes hacerlo bien en cualquier sitio”, dice aludiendo a la canción New York, New York que popularizó Frank Sinatra. Y él quiere aprender todo lo que pueda de tener un negocio en Nueva York y quizá algún día volver a España para hacer lo mismo con lo aprendido aquí.O Aunque la formación de Andrés Castelló es de gestión de restaurant­es mucho de lo aprendido ha llegado cuando ya estaba trabajando. Esto es lo que le ha enseñado su trayectori­a de emprendedo­r.

Contratar al personal es de las cosas más difíciles de hacer.

Cuanto más trabajo y más dedicación se ponga más lejos se llega.

la gente le gusta comer fuera, con o sin crisis.

En un negocio hay que cuidar a la gente con la que trabajas y a los clientes. Pero mucho a los trabajador­es, no puede haber malas caras.

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Andrés Castelló estudió gestión de restaurant­es en San Sebastián (España). /A. B. N.
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