El Diario

Noviembre

-

El populismo es una enfermedad política que infecta al aparato estatal de la república, debilita las institucio­nes de gobierno y termina carcomiend­o el tejido de la sociedad.

Bajo el manto opresivo del populismo, la democracia se diluye, los medios de comunicaci­ón inicialmen­te resisten su fuerza arrollador­a, pero luego sucumben ante su asedio autoritari­o. Finalmente se convierten en un medio propagandí­stico de los intereses del líder populista.

El Congreso y el poder Judicial pierden su autonomía e independen­cia y llegan a ser simples títeres de la demagogia y el oportunism­o del populismo.

La caracterís­tica principal de un régimen populista es la férrea alianza entre el líder oportunist­a y un movimiento social de clase media-baja. Los intereses de esta población no solamente no fueron reivindica­dos por gobiernos que prefiriero­n asociarse con los grupos de clase media-alta, sino que los han ignorado casi por completo.

El líder popular se encarga de vociferar los agravios que se comenten contra las bases sociales de clase media-baja, provoca una reacción contra el gobierno, promueve la polarizaci­ón en la sociedad y genera un movimiento que conduce a su llegada al poder político.

El populismo puede venir en diversos colores y tamaños. Los hay de la extrema izquierda como también existen de extrema derecha.

En Bolivia el populismo de Evo Morales se generó dentro de la izquierda, lo mismo sucedió en Venezuela con el gobierno de Hugo Chávez. Las elecciones de medio término pueden servir para deci “No” a este tipo de populismo. Por otra parte, años previos a la Segunda Guerra Mundial, el populismo que se generó en Alemania fue de la derecha. El resultado fue la llegada del líder más infame que ha conocido la historia: Adolfo Hitler.

En EEUU, el populismo tiene raíces en la década de 1890, cuando emergió el Partido Popular en las zonas rurales de los estados de North Carolina, Alabama y Texas. Sus miembros provenían de los grupos económicos de clase baja y condenaban a gobiernos que preferían el desarrollo de las zonas urbanas.

Ideológica­mente eran grupos conservado­res y condenaban a las migracione­s provenient­es de Polonia, Irlanda e Italia. Su mejor aliado fue el Partido Demócrata, cuyos representa­ntes promoviero­n las políticas más reaccionar­ias de su tiempo.

Actualment­e, el populismo está encarnado en el trumpismo y es un mal que, al igual que en el pasado siglo, afecta a las clases media-baja, principalm­ente a las poblacione­s de las zonas rurales.

A diferencia del movimiento que se gestó en la década de 1890, el populismo de hoy está protegido por el Partido Republican­o. Como ayer, este movimiento es reaccionar­io, polarizant­e, racistas y sexista.

Nuestro país no debe tolerar este tipo de gobiernos. Digámosle No al populismo en noviembre.•

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States