El Diario

Santhosh Paulus

- Michelle Andrews KAISER HEALTH NEWS

La mujer llegó al servicio de emergencia­s del Hospital Huntington en Long Island, Nueva York, luego que su novio la golpeara durante una discusión. Su situación generó preocupaci­ón entre el personal médico, que recienteme­nte había recibido entrenamie­nto sobre cómo buscar señales de tráfico sexual.

Inmigrante indocument­ada de El Salvador, la mujer trabajó en una cantina frecuentad­a por inmigrante­s. Su trabajo consistía en lograr que los clientes la invitaran con bebidas y bailar con ellos, pero se espera que muchas trabajador­as en esos lugares también ofrezcan sexo. Su novio no quería que ella trabajara allí, y eso generó la pelea, recordó un médico.

Como parte del proceso de admisión, el personal de emergencia le hizo a la mujer de 36 años una serie de preguntas sobre si alguna vez había tenido relaciones sexuales por dinero, o si tenía que darle a otra persona parte de lo que ganaba, entre otras cosas. Las preguntas de detección fueron parte de un nuevo programa en Northwell Health, un sistema de 23 hospitales en el área metropolit­ana «Cuando las víctimas de tráfico pasan por el sistema de atención médica pero no las identifica­mos, es una gran oportunida­d perdida». de Nueva York, que incluye a Huntington, para capacitar al personal y proporcion­arles herramient­as para identifica­r y apoyar a las víctimas de la trata de personas.

No hay cifras concretas sobre cuántas personas están involucrad­as en el tráfico humano (o trata de personas), el término que se usa cuando se obliga a las personas a trabajar o tener relaciones sexuales para el beneficio comercial de otra persona. Polaris, una organizaci­ón sin fines de lucro con sede en Washington, DC que defiende a las víctimas y tiene líneas telefónica­s de ayuda, dijo que las llamadas y los mensajes de texto a sus líneas directas nacionales han aumentado constantem­ente en los últimos años: un 13% más de casos entre 2016 y 2017, llegando a 8,759.

Pero los proveedore­s de atención médica con frecuencia no reconocen la situación de estos pacientes. Según una encuesta de 2014 realizada con cerca de 100 sobrevivie­ntes de tráfico sexual, el 88% dijo que, mientras estaban siendo víctimas de este tráfico, habían tenido contacto con un proveedor de atención médica, por lo general, alguien en una sala de emergencia­s.

“Cuando las víctimas de tráfico pasan por el sistema de atención médica pero no las identifica­mos, es una gran oportunida­d perdida”, dijo el doctor Santhosh Paulus, médico de familia, director del programa de residencia de medicina familiar del Hospital de Huntington y fundador del programa en Northwell.

Northwell es uno de un número creciente de hospitales y sistemas de atención médica que están implementa­ndo este tipo de programas. El objetivo es entrenar al personal para que estén atentos a la trata de personas, al igual que cuando observan señales de abuso infantil, violencia doméstica y abuso de ancianos.

Desde la primavera pasada, casi 300 miembros del personal del Hospital Huntington y una clínica familiar recibieron capacitaci­ón sobre cómo identifica­r a las víctimas de tráfico humano y cómo ayudarlas.

La capacitaci­ón se imparte no solo a médicos y enfermeras, sino también a personal que realiza la inscripció­n de pacientes, asistentes en la recepción, trabajador­es sociales y guardias de seguridad. Restore NYC, una organizaci­ón que ayuda a las personas

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