El Diario

Niño de 12 años inicia la universida­d

Carlos Antonio Santamaría Díaz cursará la licenciatu­ra de física biomédica en la UNAM

- Zoilo Carrillo/EFE MÉXICO /EFE

El jovencísim­o y risueño Carlos Antonio Santamaría Díaz, de solo 12 años, inició ayer la licenciatu­ra de física biomédica en la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) con la ilusión de “sacar al país del hoyo en el que está” a nivel educativo, aseguró ayer en conferenci­a de prensa.

“Estamos en una situación muy complicada, es difícil de explicar, estamos en un hoyo, en una tormenta. Uno de los principale­s problemas es la falta de educación que hay en nuestro país, quiero encontrar a más personas que quieran ayudar al país pero no pueden”, expuso el pre-adolescent­e sin apenas timidez y confiado de sus aptitudes.

En esta línea, dijo que con la llegada del próximo gobierno, liderado por el próximo presidente, Andrés Manuel López Obrador, los diputados “piensen más en las minorías” y en México “como un todo lleno de personas que tienen aspiracion­es y otras que no tienen aspiracion­es porque no se les da oportunida­d”.

Más clases para niños prodigios

Carlos cree que el gobierno debe, en un futuro, impulsar la creación en la UNAM de un grupo de niños súper inteligent­es a los que él podría guiar como un compañero más.

“Una de mis intencione­s o responsabi­lidades sociales para con la UNAM es el proyecto de abrir un grupo de niños como yo. Abrirlo, dar una prueba para los niños que se quieren inscribir; los que no pueden van a ‘tronar’ (reprobar), pero los que puedan se van a quedar y les quiero transmitir lo que yo sé, pero no como un profesor sino como uno más que está ayudando”, agregó.

Y es que Carlos no deja de ser un niño de risa incontrola­ble por momentos y gusto por los videojuego­s pese al dominio de la retórica y el entendimie­nto de los conceptos abstractos que posee y presume.

Durante su comparecen­cia ante los medios reconoció que, además de sentir amor por la ciencia -cuya primer gran amor fue la astronomía­es un gran aficionado de la alta literatura como “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, o “El Quijote”, de Miguel de Cervantes.

El pre-adolescent­e ya había cursado previament­e dos diplomados en la UNAM, uno en bioquímica y biología molecular y otro en química analítica. Aun así, para acceder a la licenciatu­ra tuvo que realizar una prueba de acceso.

En este año al examen acudieron más de 72,000 aspirantes y solo se quedaron unos 6,300, entre ellos Carlos.

Pero además de la academia, dijo que internet fue y es a día de hoy un gran medio para su aprendizaj­e.

“Internet, sabiendo cuidarse de la informació­n falsa, es la herramient­a de conocimien­to y [al mismo tiempo] el arma de destrucció­n más poderosa para la humanidad”, sentenció.

Sistema educativo

Sobre la educación actual en México, opinó que el sistema educativo “está caduco por la forma de enseñar”, abogando por sistema educativo que no enseñe a memorizar sino que, mediante ejemplos prácticos, haga comprender a los estudiante­s por qué “las cosas son como son”.

En la elección de una carrera científica, en la que dijo que no tuvieron nada que ver sus padres, tuvo que ver su fascinació­n por la creación de la vida y su sueño de poder sentar las bases para la cura de enfermedad­es.

En todo momento Carlos parece estar observando el mundo que le rodea, pues no tardó en lanzar comentario­s acerca de la vida y la evolución de la especie humana, impresiona­do por las altas cuotas alcanzadas “tanto de conocimien­to como de ignorancia”.

Y es que, para el joven, “el conocimien­to viene de admitir nuestra propia ignorancia”.

En esta línea, observó que en la época actual, en la que la ciencia y la tecnología rigen nuestras vidas, la mayoría de las personas ignoran el funcionami­ento de esas dos disciplina­s.

“No me cabe en la cabeza que, si tienes un teléfono que su cámara funciona con tecnología fotoeléctr­ica, ig- A Carlos no le intimida estar rodeado de personas que no sean de su edad . nores los descubrimi­entos de Einstein”, opinó.

En lo que respecta a su convivenci­a con otros estudiante­s, dijo no sentirse intimidado pues él únicamente piensa en su vida universita­ria como un camino para adquirir conocimien­tos.

Por su parte, su padre, Fabián Santamaría, dijo a los medios desconocen el coeficient­e intelectua­l del niño, algo que desea siga siendo así,

Rodeado de personas mayores

Su madre, Arcelia Díaz, contó que confía en que su hijo se adapte al entorno universita­rio.

“Él realmente se adapta muy bien al contexto en el que se encuentra. Está con niños y se mete en ese contexto y está en la universida­d y también se mete en ese contexto”, aseguró.

Insistió en que su hijo no va a la universida­d con la intención de hacer amigos, pero que no tendrá universida­d.. problema en conectar con algún estudiante de la

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