LA EPIDEMIA DE OPIOIDES
Las cantidades estremecen. Doscientos muertos al día, 72,000 en 2017. Esto significa más fallecidos que los causados en un año por las armas, accidentes de tránsito o el VIH/sida. Entre 2016 y 2017 la cifra es mayor a todos los militares muertos en las guerras de Vietnam e Irak.
Estos son los números de la epidemia de opiáceos. Si bien esta es una causa en el aumento en la tasa de mortalidad entre la comunidad anglo entre 22 y 56 años de edad, el incremento de los fallecimientos se ve a lo largo de todo el mapa demográfico. Entre 2015 y 2016 se vio un incremento de 56.1% entre los afroamericanos.
Los calmantes para el dolor de la década de los noventas con base de derivados del opio son los asesinos de hoy. Este es el resultado de irresponsabilidad de la industria farmacéutica, de los distribuidores que desatentos distribuyeron millones de dosis, y los médicos que lo recetaron descuidadamente.
Las cifras recientes de los Centros para el Control de Enfermedades revela la magnitud del impacto humano de esta tragedia. El costo económico de la epidemia es sideral.
En la ciudad de Nueva York se estima que en 2017 hubieron 45,000 visitas a las salas de emergencia relacionadas a las sobredosis de opiáceos. Esto significa costos adicionales para la ciudad en tratamientos para combatir la adicción a las drogas, en costos hospitalarios, policiales, judiciales y hasta de la morgue.
Nueva York es una de las municipalidades y estados que presentaron cerca de mil demandas en contra de las farmacéuticas y distribuidoras para cubrir sus gastos.
El presidente Donald Trump le pidió el jueves al secretario de Justicia Jeff Sessions que presente demandas federales contra algunas empresas que abastecen opiáceos a los hospitales.
Las acciones judiciales son positivas para establecer responsabilidades, pero la crisis urge acciones más concretas y rápidas.
La Casa Blanca ya estableció una estrategia basada en la acción policial poniendo énfasis en la pena de muerte para los traficantes de heroína y fentanyl, el químico responsable de la mayoría de las muertes.
También se incluye la meta de reducir las recetas médicas de los opiáceos en un tercio en tres años y acceso a tratamientos contra la adicción.
El tratamiento debería ser la prioridad ante la epidemia. Un reporte de la Oficina de Sanidad estimó en 2016 que solo el 10% de los adictos acceden a la atención necesaria.
Trump pidió 7,000 millones de dólares adicionales a los 6,000 millones designados por el Congreso para dos años. Se estima que se necesitan decenas de miles de millones de dólares para hacer frente a la crisis.
La casa se incendia. La prioridad es salvar vidas antes de castigar, después se castiga a los culpables.l