El Diario

El gran perdedor

-

Hace poco se aprobó finalmente la famosa Ley de Partidos que por más de 17 años divagó en el Congreso enredada en la telaraña de los intereses de los partidos políticos dominicano­s, que no se podían poner de acuerdo para auto regularse mediante dicha ley.

El producto final fue una ley a la medida de los intereses de las cúpulas de la partidocra­cia que a regañadien­tes accedió a aprobar la legislació­n que le pone límite a lo que los partidos políticos y sus miembros pueden hacer o no hacer en la lucha por el poder dentro del sistema democrátic­o representa­tivo.

El punto sobre la modalidad de las primarias para escoger los candidatos a puestos electivos se había convertido en el talón de Aquiles para la aprobación de la ley, tanto así que quien inició la propuesta sobre la ley de partidos terminó oponiéndos­e por no estar de acuerdo con la posibilida­d de que los partidos puedan decidir en sus direccione­s si quieren realizar primarias abiertas para escoger a sus candidatos.

El Dr. Leonel Fernández demostró su coherencia al mantener su posición de que la ley no debía obligar a que los partidos políticos tuvieran que escoger sus candidatos mediante primarias abiertas; aunque la ley aprobada no obliga a realizar primarias abiertas, le permite a sus direccione­s que decidan el tipo de primarias que quieran realizar.

Aparenteme­nte el PRM salió ganancioso debido a que contribuyó a aprobar una ley que está llamada a crear división en el PLD mientras que ellos se blindan internamen­te para escoger sus candidatos mediante primarias cerradas. Aparenteme­nte el Dr. Leonel Fernández fue el gran perdedor debido a que votó en contra. Eso es lo que se llama pragmatism­o político, que es lo mismo que decir “tigueraje” político a la dominicana.

La posición del PRM cambió de apoyar primarias cerradas a apoyar que las cúpulas de los partidos decidan el tipo de primarias a realizar, y esto fue posible debido a que los dos grupos dominantes en dicho partido encontraro­n un terreno común para asumir esa posición que beneficia sus intereses políticos. Hipólito Mejía, que estaba a favor de las primarias abiertas, representa una cabeza de playa del Danilismo en el PRM, mientras que Abinader tiene control de la mayoría de la cúpula y le conviene que hayan primarias cerradas.

En el PRM hubo consenso basado en intereses grupales mientras que en el PLD no lo hubo por cuestiones de ideas, y esto permitió que el PRM se adjudicara una victoria mediática con la aprobación de una ley que no los obliga a ellos a realizar primarias abierta, y que extiende el conflicto a lo interno del PLD.

Aparenteme­nte el Dr. Leonel Fernández fue el gran perdedor debido a que votó en contra y la Ley pasó a pesar de su oposición en el congreso, pero aún así quedan batallas por librar debido a que los estatutos del PLD no consideran las primarias abiertas para escoger a sus candidatos por lo que habrá que librar otra batalla para que se modifiquen.l

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States