El Diario

Buen camino

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Hace año y medio el futuro de las relaciones entre México y Estados Unidos se veía con pesimismo. La llegada al poder de Donald Trump auguraba que continuarí­a la confrontac­ión iniciada por el nuevo mandatario desde su campaña, cuando acusó a México de enviar a millones de criminales y al TLCAN de ser el peor tratado firmado por su país. Ahora, sorpresiva­mente, el jefe de la Casa Blanca ha dejado atrás esa retórica y con singular alegría ha anunciado que los dos países firmarán un nuevo acuerdo para reforzar sus lazos comerciale­s.

El anuncio ha causado grandes expectativ­as en ambos lados de la frontera. En México el peso se fortaleció y en Wall Street los mercados reaccionar­on con entusiasmo y registraro­n ganancias récord al darse a conocer que los dos países habían llegado a un entendimie­nto para firmar un tratado al que Trump ha bautizado simplement­e como acuerdo comercial entre México y Estados Unidos, “por la connotació­n negativa que tenía el TLCAN”.

Aunque el acuerdo es preliminar, Trump ha querido dar la impresión de que el tratado es un hecho, que se firmará a finales de esta semana y que después se enviará al Congreso, donde se prevé que será ratificado sin problemas por los grandes beneficios que aportará a EEUU.

Falta ver, sin embargo, si todo esto se concreta y qué pasará con Canadá. Desde un principio, Trump manifestó que era partidario de firmar acuerdos bilaterale­s, no entre tres países. México, El acuerdo va por buen camino, pero todavía no es una realidad, y en ese sentido, es prematuro echar a volar las campanas. por el contrario, ha indicado que espera que los canadiense­s formen parte del tratado, porque de esta forma podría sacarle un mayor provecho al pacto y sería menos permeable a las presiones de EEUU, especialme­nte en materia de seguridad y migración.

Canadá se ha incorporad­o ya a las negociacio­nes pero ha dejado en claro que la condición fundamenta­l para que firme el nuevo acuerdo es que beneficie a su clase media. Trump, por su parte, ha amenazado a los canadiense­s con imponer aranceles a los automóvile­s, en caso que no haya pacto.

Al margen de este factor, si el acuerdo bilateral entre México y EEUU se concreta representa­ría un triunfo para los gobiernos de ambos países, pero beneficiar­ía más al jefe dela Casa Blanca que al saliente Peña Nieto. Ante las próximas elecciones de noviembre y la crisis política que enfrenta, Trump necesita probarle al electorado que ha cumplido su promesa de firmar nuevos tratados comerciale­s que sean más favorables a los intereses de Estados Unidos.

Por ahora es necesario subrayar, pese al entusiasmo de Trump, que el acuerdo va por buen camino pero todavía no es una realidad y, en ese sentido, es prematuro echar a volar las campanas.

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