Día 2: el calor pasa factura
Cuatro jugadores abandonaron ayer el Abierto de Tenis de Estados Unidos a causa del calor, en un Flushing Meadows a 105 grados Fahrenheit
(40 grados centígrados) de temperatura y una humedad sofocante, lo que obligó al US Open a aplicar por primera vez en su historia la “política de calor extremo” para los partidos masculinos.
En un ambiente cercano a los 105 grados Fahrenheit (40 grados centígrados) y mucho bochorno, el argentino Leonardo Mayer, por ejemplo, explicó que le fue “imposible” seguir jugando.
“Fui al vestuario un momento y estaban todos los jugadores tirados por el suelo. Volví pero no podía seguir, no me daba el cuerpo”, dijo Meyer, que abandonó su partido en cuarto set, cuando perdía 6-4, 6-4, 4-6 y 2-1 con Laslo Djere.
Lo mismo le ocurrió al lituano Ricards Berarkis en el cuarto set contra el coreano Hyeon Chung, que venció cuando iban 4-6, 7-6, 6-0 y 0-2. La organización informó de su indisposición por calor. Stefano Travaglia tampoco pudo acabar contra Hubert Hurbaaz cuando el partido se le ponía cuesta arriba con un 2-6, 6-2, 6-7 y 0-3. Travaglia sufrió calambres. Por recomendación del equipo médico del US Open, se aplicó por primera vez en la historia del US Open una “política de calor extremo” para los partidos masculinos, que son a mínimo tres sets.
El árbitro del torneo, Brian Earley, junto con el equipo médico, se encarga de hacer un seguimiento de las condiciones para determinar cuándo la denominada “política de calor extremo” dejará de estar vigente.