El Diario

‘Amo este torneo, cerca de mis boricuas’

Mónica Puig busca reinventar­se en el US Open y vuelve hoy a la pista ante la francesa Caroline García

- Jairo Giraldo

Imágenes de contraste que envían un mensaje. El rostro lloroso y el abandono en New Haven quedan atrás, tapados por la imagen radiante de Mónica Puig tras debutar con una victoria rotunda en el US Open.

Un inapelable 6-0 y 6-0 sobre la francesa Stefanie Voegele la tarde del martes en Flushing cambió la cara de la boricua y puso en frío la preocupaci­ón de sus seguidores.

“Es muy bonito empezar con una victoria tan sólida”, empezó diciendo ante un grupo de periodista­s.

¿Nervios o un poco de susto para debutar aquí?

“La verdad me sirvió mucho jugar las ‘qualis’ porque sumé dos victorias y eso te recupera la confianza”.

Un “tirón abdominal”, que luego no ascendió a mucho la obligó a abandonar en New Haven cuando estaba en semifinale­s y con el US Open a una semana.

Se quedó con la amargura de no estar en la final que luego Aryna Sabalenka le ganó Carla Suárez, pero aun así adelantó 17 puestos en la WTA para pasar del puesto 72 al 55 en el ranking de las mejores, ya cerca del 41 que ha sido la mejor marca en su joven carrera.

Camino de su mítico oro olímpico en Río de Janeiro la boricua dejó en el camino a Garbiñe Muguruza, Petra Kvitova y Angelique Kerber, las tres ganadoras de torneos de Grand Slam. Y estos resultados son los que hablan del talento de Puig y de lo cerca que puede estar de explotar en el circuito tenístico en un año en el que una lesión en la cadera padecida en Roma la tuvo fuera de acción casi dos meses hasta su regreso prometedor en New Haven.

Ganar por un doble 6-0 puede enviar un mensaje equivocado muchas veces y ella lo sabe.

“Sirve para sacarte los nervios en un torneo de Grand Slam y en primera ronda”, añade.

En una tarde en la que el termómetro coqueteó con los 100 grados Fahrenheit y en la que los tenistas debieron parar para hidratarse, Puig sin embargo no le dio mayor importanci­a a este hecho.

“El calor para mí no es un factor, porque yo entreno en Florida y estoy habituada a altas temperatur­as”, con ello queda claro que la preocupaci­ón máxima es estar libre de dolencias que le permitan jugar su mejor tenis.

¿Cómo asimilas el apoyo de tus fans desde la tribuna?

“(Risas). Yo escucho y entonces me enteró que mis boricuas están allí para apoyarme… eso me fortalece y me empuja. Tengo a mi mamá conmigo y la verdad aquí en Nueva York me siento como en casa”.

¿Hasta dónde te puede puede llevar tu actual condición física en este US Open?

“Soy optimista y espero que hasta bien adelante, pero también soy de ir un partido después de otro y más en un torneo de Grand Slam”.

La siguiente parada pone a Mónica Puig ante la francesa Caroline García en un duelo de pronóstico reservado. Es una comparació­n en la que los números dictan una cosa, pero las batallas en la pista han dicho otra.

¿El jueves vas contra Caroline García, a la que derrotaste en New Haven?

“Sí, pero cada partido es distinto y que yo haya ganado el último partido no dice mucho y ella traerá un plan para tratar de ganar, lo mismo que yo”.

García es ahora séptima de la lista WTA y viene de ganar fácilmente a la británica Johanna Konta 6-2 y 6-2 en su debut del US Open, sin embargo siempre ha perdido con Puig, que la dominó las tres veces que se cruzaron. La más reciente en New Haven hace diez días.

Las fuerzas, sin embargo, son más parejas que lo que aportan los datos previos y de hecho, las dos últimas veces que jugaron debieron batallar tres sets para encontrar a una ganadora.

Para despedirse desliza una frase que es mitad promesa y mitad grito de guerra: “Estoy enfocada y sin presión porque quiero estar más tiempo en este torneo… Hace mucho que quiero poner en un torneo de Grand Slam algo

hoy.. de mi mejor tenis”.

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