El Diario

El gran susto:

-

Espinoza dice que más tarde su cuerpo siguió despertand­o: “Se me empezaron a calentar las manos. No podían tocarme las sábanas, me daban toques (eléctricos), nadie podía tocarme. Los doctores me dijeron que era porque se durmieron los nervios”.

La caída sufrida del caballo Bobby Abu Dhabi le causó a Espinoza una fractura en la vértebra C3. No se la operaron porque en realidad el problema no era con el hueso, sino con la médula ósea.

“Se inflamó y se irritó y también la vena que va hacia el cerebro”, dice Espinoza, con el cuello sujetado con su collarín. Su doctor temía que se produjera un coágulo, por lo que le administró aspirina para adelgazar la sangre, y por lo complicado de la región es que no hubo cirugía. El cuerpo del jinete ha reaccionad­o bien. Tras 14 días hospitaliz­ado, fue enviado a casa, donde familiares y amigos le acompañan con frecuencia, y donde una enfermera le asiste 14 horas al día.

“Desde un principio vi que él se iba a recuperar. Todos los días ha sido muy positivo” comenta Rosie Aponte. “Él es muy fuerte mentalment­e y emocionalm­ente, le gusta mucho meditar”.

Espinoza tuvo suerte de salir relativame­nte ileso en un raro accidente que pudo haberle dejado paralizado. Y ahora, con esa dura mentalidad que le ha llevado a tantos éxitos, ha vuelto a nacer.

“He valorado la vida mucho”, asegura. “Crecí pobremente, me dormía en el piso, no había de comer a veces... todo pasé. Y luego, poco a poco, con tanto esfuerzo, llegué a tener todo, más de lo que yo quería y más de lo que yo pensaba”, revela.

“Esta fue mi mejor experienci­a, porque nunca había pensado que iba a estar en esas condicione­s de no poder mover mi cuerpo. Todo lo demás no vale nada”. Así relata Víctor Espinoza el accidente del domingo 22 de julio que puso su vida en peligro:

“Me acuerdo todo lo que pasó. Yo estaba bien consciente. Fue una mañana preciosa aquí en Del Mar y fui para allá a las 9 de la mañana. Llegué a ver a ese caballo (Bobby Abu Dhabi), salió del establo, hermoso y contento. Cuando fui a la pista todo estaba perfecto. Ya estaban todos mis planes para ese día que fue domingo.

“Me subí al caballo y todo estaba bien, caminamos para la pista y empezamos a calentar en la pista y empezó a trabajar el caballo. Ya cuando estaba a unos metros para la meta, que ya me estaba preparando para detenerlo, para ir más despacio, fue cuando pasó el accidente; el caballo se desapareci­ó.

“Lo que yo vi, volar en el viento y para adelante. Pasaron las cosas tan rápido que quise rodar y no podía. Entonces estaba yo en el piso, acostado ahí viendo para arriba… porque normalment­e cuando me caigo lo único que uno puede hacer es estar moviendo los pies, o un dolor en la pata o en la mano; ese día nada, silencio. No me dolía nada, pero quería mover mi cuerpo y no podía, y nomás movía mi mano derecha y no lo podía creer. “Yo pensando que ‘a lo mejor estoy un poquito asustado, mejor no le voy a poner mucha atención’. Pasaron segundos y traté otra vez de mover y no sentía nada y no movía más que la mano derecha. Y ahí fue cuando empecé a reaccionar de lo que pasó: me quedé paralítico, ya no puedo mover mi cuerpo. Es cuando el pensamient­o de uno empieza a trabajar: ¿Cómo voy a quedar? ¿Es cierto lo que me está pasando? Mira, en segundos. “Me he caído muchas veces, durante mi carrera me he caído bastantes veces, pero nada como esta vez. Esto fue terrible, no fue normal. No sé la verdad por qué pasó”.

 ?? /RICARDO LÓPEZ J. ?? «Siquiera estoy vivo, pensé. No voy a volver a caminar, pero estoy vivo... Pasaron 40 minutos como si hubieran sido años» Rosie Aponte cuida de Víctor 14 horas diarias. ‘Le gusta mucho meditar’, dice ella.
/RICARDO LÓPEZ J. «Siquiera estoy vivo, pensé. No voy a volver a caminar, pero estoy vivo... Pasaron 40 minutos como si hubieran sido años» Rosie Aponte cuida de Víctor 14 horas diarias. ‘Le gusta mucho meditar’, dice ella.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States