EL MUY SOMBRÍO PANORAMA LABORAL
Estados Unidos pasa por una larga bonanza económica con un bajísimo desempleo. Estas son buenas noticias. Serían mucho mejor si el aumento de empleo y el récord en la bolsa de valores de Wall Street estuvieran acompañados con una compensación equivalente en el sector laboral.
El tener un empleo solía ser visto como una manera de salir de la pobreza. Hoy es perfectamente compatible estar trabajando a tiempo completo y ser pobre.
Esa es la realidad para 43 millones de estadounidenses que son oficialmente pobres por tener un ingreso por debajo de 12,140 dólares al año. Un tercio de todos los trabajadores ganan menos de 12 dólares la hora y 42% gana menos de 15 dólares o sea entre 24,960 y 31,200 dólares la hora.
Un análisis del Pew Research Center dseñala que el poder adquisitivo del salario real de hoy es muy similar al de hace cuatro décadas. Es más, el ingreso por hora más alto fue hace más de 45 años cuando alcanzó 4.03 dólares por hora en enero de 1973. Ese mismo se traduce a 23.68 dólares de ahora.
Entre la década de los setentas y el siglo 21 pasaron recesiones y expansiones económicas. El gran giro se produjo cuando en los ochentas se revaloró a los participantes de la economía. Los accionistas pasaron a primer plano, los trabajadores se convirtieron en un lastre. Los beneficios de la producción fueron al capital y al administrador que le dio su prioridad, en parte, reduciendo el costo laboral. No es casualidad que este período significa el derrumbe de los sindicatos en Estados Unidos, la desaparición de la pensión empresarial y el inicio de la flexibilización laboral.
Hoy el aumento de los salarios dejó de ser visto como un fuerza de consumo que reactiva la economía, para convertirse en una amenaza inflacionaria. Los motores económicos, como la política monetaria, están orientados a los sectores de mayores ingresos para que luego los beneficios goteen hacia las gente de menos recursos.
Por eso, en este Día del Trabajo no compartimos el entusiasmo del presidente Donald Trump. No es solo su estilo de colgarse medallas de guerras que no peleó, como atribuirse la responsabilidad de las elevadas cifras de empleo cuando la economía lleva 94 meses consecutivos de creación de empleos.l